Gobiernos suramericanos se apoyan en la xenofobia contra venezolanos para minimizar demandas sociales en sus países

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Especialistas coinciden que en medio de la crisis política y social que viven algunos países suramericanos, los gobiernos han señalado a la migración venezolana para desviar la atención de las demandas y necesidades que tienen sus ciudadanos. Los venezolanos han sido acusados de saqueos, actos vandálicos y de desestabilización en las protestas de Chile, Ecuador, Colombia y Bolivia.

Caracas. En las últimas semanas los venezolanos que residen en Bolivia, Chile, Ecuador y Colombia han sido noticia más allá de la crisis de migrantes y refugiados. El discurso oficial de los jefes de Estado ha sido pronunciado para acusar, detener y expulsar a venezolanos. Estos son señalados por cometer supuestos actos vandálicos, saqueos y desestabilizar en medio de las protestas políticas y sociales que se han generado en estos países.

Para Ronal Rodríguez, internacionalista e investigador del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario en Colombia, en estos señalamientos hay un mensaje contra los venezolanos “para generar la sensación de que todo hace parte de un plan orquestado y no realmente de las necesidades y demandas puntuales de cada uno de los países”.

Desde 2015 más de 4,6 millones de venezolanos han huido de la emergencia humanitaria compleja que se vive en Venezuela. A Surámerica ha llegado la mayoría de ellos. Pero no solo Venezuela vive una crisis.

En Ecuador se convocó en octubre un paro de transporte contra las medidas económicas anunciadas por el presidente Lenín Moreno, entre esas, la eliminación de subsidio a la gasolina más barata y el diésel. Ese mismo mes, en Chile sus ciudadanos tomaron las calles de Santiago cuando Sebastián Piñera aumentó el pasaje del Metro. Demandan servicios, como el de salud y educación, y “se reclama la construcción de una constitución fuera del marco pinochetista”, dijo Rodríguez.

En octubre también se realizaron elecciones presidenciales en Bolivia. Tras una irregularidad en el conteo de los votos, se desató la crisis política. Las Fuerzas Armadas pidieron a Evo Morales, presidente y candidato, que dejara el cargo. Horas después, Morales dimitió. En Colombia el 21 de noviembre comenzaron las movilizaciones contra el gobierno de Iván Duque, sus demandas sociales son: educación, trabajo, pero también la exigencia del cumplimiento del acuerdo de paz firmado en 2016.

En estos eventos los migrantes venezolanos han sido detenidos y expulsados por ser presuntamente un riesgo para la seguridad nacional. Terminan instrumentalizando políticamente la migración venezolana para canalizar parte de las molestias que se dan en sus sistemas políticos, piensa Rodríguez sobre los gobiernos.

Y es que en Ecuador fueron detenidas 17 personas, la mayoría venezolanos, en el aeropuerto de Quito. “En su poder, información sobre la movilización del presidente y vicepresidente”, escribió el 10 de octubre en Twitter María Paula Romo, ministra de Gobierno de Ecuador.

El 15 de noviembre la policía boliviana también detuvo a nueve venezolanos en Guayaramerín. En la requisa, según dijeron las autoridades, tenían insignias de la Policía de Venezuela, cartel del PSUV, imágenes, botas de uso militar. Estos objetos hacen presumir la participación de estos súbditos venezolanos en los diferentes actos perniciosos que han presentado en nuestro país, dijo el ministro de Gobierno de Bolivia, Arturo Murillo.

Días después el Ministerio de Interior y Seguridad Pública en Chile anunció la expulsión de otros nueve venezolanos juntos a 41 extranjeros más. Estas personas, según, protagonizaron saqueos, desórdenes y levantaron barricadas, dijo el intendente Juan Manuel Masferrer.

La más reciente expulsión ocurrió el 25 de noviembre cuando Migración Colombia sacó de su país a 59 venezolanos de manera discrecional. Estas personas no tuvieron derecho al debido proceso, muchos fueron detenidos en sus casas y sin orden judicial.

Rodríguez destaca que se está promoviendo la idea de un supuesto orquestamiento de la migración venezolana como causante de la desestabilización en estos países, lo que podría aumentar la xenofobia y persecución contra los venezolanos.

En todos estos países los venezolanos están jugando un papel desestabilizador: ha respondido más una instrumentalización por parte de los gobiernos y a un discurso que ha promovido un sector importante de la oposición venezolana, indicó Rodríguez.

Discurso oficial aumenta la xenofobia

Siempre hay que buscar a alguien a quien responsabilizar por determinados hechos, culpar a un agente externo parece ser la solución para estos gobiernos, opina Laura Dib, especialista en Derechos Humanos y asesora legal de la Clínica Jurídica para Migrantes de la Universidad de los Andes en Colombia.

Afirma que esta situaciónincrementa el nivel de xenofobia y discriminación cuando además no hay prueba concreta en ningún caso de la que la migración haya incrementado la criminalidad o que hayan sido responsables de determinados hechos.

Dib expresó que en el caso colombiano a muchas personas que se llevaron detenidas se les preguntó por su nacionalidad, al responder que eran venezolanos, los arrestaron. Presumiendo de la mala fe y en violación a la presunción de inocencia. Creemos que estos son unos brotes de xenofobia que pueden incrementar con el tiempo y que generan una gran preocupación para quienes nos dedicamos a la lucha por los derechos humanos.

Rodríguez cuenta que, en los días siguientes después de la deportación de los venezolanos, algunos migrantes fueron agredidos y acusados de acciones criminales.

Para Rodríguez no solo se incrementa la xenofobia y queda en el imaginario que los causantes de los problemas son los venezolanos, sino que también aparece a la aporofobia, que es el rechazo al pobre.

Tras la renuncia del director de Migración Colombia, Christian Krüger, por motivos personales, para Rodríguez es una señal que pone la alerta si se va a dar un cambio en la orientación positiva que se tenía de la migración hacia una más atenta ante riesgos y amenazas.


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