La Encuesta Nacional Impacto COVID-19 de la Comisión de Expertos de la Salud revela que, hasta el 6 de abril, la escasez de gasolina en el país es de 89,68 %. A diferencia de otros períodos de falta de combustible que ha habido en Caracas, esta vez son más los motorizados que se suman a la lista de afectados.
Caracas. En menos de un mes el oficio de Kevin Quiñones, un mototaxista que reside en Petare, dio varios giros. La cuarentena decretada por la aparición del nuevo coronavirus resultó ser una oportunidad al principio, debido a las restricciones del transporte público, pero con el pasar de los días se acentuó la falta de combustible en la capital del país y tuvo que limitar sus recorridos a buscar gasolina.
Al menos tres semanas son las que lleva Kevin padeciendo la escasez de un producto que, en su caso, es esencial para llevar sustento a su hogar. Desde llegar a las bombas de gasolina en la madrugada hasta pasar más de tres días sin trabajar son parte de las cosas que ha tenido que hacer debido al problema del combustible.
La verdad es que es primera vez que tengo que pasar por esta situación, igual que muchos compañeros. Cuando ha habido falta de gasolina en Caracas los motorizados no hemos sido tan afectados porque el tanque se llena rápido y no se hace tanta cola”, dice Kevin.
Diariamente, dependiendo del día y la cantidad de clientes que hubiera, podía hacer hasta cinco dólares, mientras que en los primeros días de la cuarentena llegó a rondar los 10 dólares pues algunas personas no tenían más opción que tomar un mototaxi.
“Yo, por ejemplo, trabajo prácticamente de lunes a lunes porque hay días que hago lo estimado en carreras y hay días que no, así que los tengo que compensar”, comenta. Kevin tiene dos hijos y vive con su pareja, quien trabaja en una panadería de la zona y cuyo ingreso, junto con los pocos ahorros que tiene, ahora son el sustento del hogar.
Sé que algunos vecinos y compañeros han tenido que ‘bajarse de la mula’ con la Guardia Nacional para que les medio llenen el tanque, pero yo no puedo darme el lujo de regalar 10 dólares de mis ahorros para trabajar solo tres días, sin seguridad de que los pueda recuperar. No es rentable”, asegura.
Un ruleteo más a la lista
La Encuesta Nacional Impacto COVID-19, hecha por la Comisión de Expertos de la Salud designada por Juan Guaidó, revela en sus últimos resultados que la escasez de gasolina en medio de la emergencia sanitaria es de 89,68 %.
En consecuencia, varias bombas del Área Metropolitana de Caracas llevan semanas sin prestar servicio y las colas para llenar tanques de carros particulares, camiones, patrullas, ambulancias, autobuses y motocicletas ya forman parte del día día de la ciudad, sin garantías de que puedan abastecerse una vez llegue su turno.
Ángel Gutiérrez, motorizado de la parroquia La Vega, es uno de esos afectados y asegura que, desde que se empezó a acentuar la escasez de gasolina, tan solo ha podido llenar su tanque una vez de manera formal.
Luego de eso, salí el viernes 3 de abril y recorrí varias zonas de Caracas como Las Mercedes, Chacao, Altamira, Los Palos Grandes, Texaco (bomba que está en la autopista Francisco Fajardo, cerca de Caricuao) y Montalbán”, cuenta Ángel.
En la bomba de Montalbán, a la altura del Distribuidor La Yaguara, no pudo llenar su tanque porque el número de la placa de su moto “no coincidía con ese día”. Sostiene que en esa estación de servicio fue en la única que estaban racionando el combustible pues las demás o estaban cerradas o no tenían gasolina.
La escasez ha alterado su rutina laboral y principal fuente de ingresos. Ha resuelto algunos contratiempos gracias a un amigo que le regaló tres litros de gasolina.
He trabajado solo con clientes que solicitan mis servicios, pero no me he detenido en la parada de la línea de mototaxi por no contar con combustible necesario para laborar”, dice.
Entregas a domicilio a la deriva
El inicio de la cuarentena general obligó a muchos comercios y restaurantes a limitar el acceso a sus instalaciones y ofrecer alternativas para llevar sus productos a casa de sus clientes.
Algunos comercios ya contaban con el servicio de entregas a domicilio y los motorizados que hacían el delivery formaban parte de sus nóminas de empleados. Tal es el caso de Tulio Sequera, quien desde hace dos años es también mensajero de la charcutería para la que trabaja.
Junto con otro compañero, se encarga de llevar los productos a casa de sus clientes, quienes hacen la compra vía WhatsApp. Sin embargo, recientemente las guardias se las están turnando por día para ahorrar gasolina.
Desde hace dos semanas, un día sale él y al día siguiente salgo yo. Con lo de la cuarentena aumentaron los clientes y al principio el tiempo de espera era entre 20 y 30 minutos, dependiendo de la zona, pero ahora trabajando por ‘guardia’ les pedimos que sean pacientes porque varias veces tenemos que recorrer toda la ciudad para llevar los productos de un punto a otro”, explica.
La falta de gasolina los mantiene entre la espada y la pared. Tulio afirma que, por ahora, no han tenido que pagar sobreprecio para adquirir gasolina. Aunque no lo descarta. Pese a que tienen tienda física, sus inicios fueron haciendo entregas a domicilio y es el fuerte del negocio.
Tulio finaliza resaltando que su única entrada de dinero es esa, además de “una que otra carrera que salga” de algún conocido, por lo que manifiesta estar dispuesto hasta a madrugar para conseguir gasolina. “Tenemos que tratar de seguir trabajando, no hay de otra“.
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