La jocketta merideña viene de su mejor año en el hipódromo La Rinconada y trabaja para mejorar y tratar de meterse entre los 10 mejores de la estadística.
Caracas. La pausa decembrina en las carreras de La Rinconada y las múltiples celebraciones como parte de las fiestas de fin de año no preocuparon en lo más mínimo a la merideña María Alejandra Bruzual (32), junto con Cindy Carrero una de las dos jockettas que hace campaña en el principal óvalo del país.
“Siempre he sido de contextura delgada. Gracias a Dios puedo comer lo que sea y mi contextura sigue igual. Siempre he pesado 47,5 kilos o 48, no he subido jamás a 49 kilos”, cuenta aliviada Bruzual, quien viene de tener el mejor año de su carrera en 2019, con 11 victorias en 64 actuaciones.
Y eso que los comienzos de la amazona sobre los nobles cuadrúpedos no tuvieron nada que ver con el frenesí y el galopar acelerado de los corceles en la pista de Coche, sino más bien con la tranquilidad y la elegancia de la equitación en el Fuerte Tiuna. No obstante, el deseo de experimentar con la velocidad y la adrenalina de las carreras de caballos llevó a Bruzual a tocar las puertas del hipódromo capitalino, donde se inscribió en la escuela de jinetes.
Desde entonces, la jocketta ha recorrido un camino complicado y de pocas oportunidades junto con su esposo, el entrenador y exjinete profesional Luis Francisco Martín, con el que hace yunta en lo sentimental y en lo profesional, pues, además de recibir la confianza de Martín con algunos de sus pupilos, también ejerce como contadora, la otra profesión de la joven fusta graduada en Administración de Empresas.
“Tengo tiempo llevando la contabilidad de la cuadra. Es muy costoso mantener un caballo. Siempre hay que ligar que no se enferme porque, si no, hay que hacerle placas, comprar medicinas y los costos se elevan. No es nada fácil tener un purasangre en este tiempo”, subraya Bruzual.
“Hay que llevar todos los detalles. Desglosar los gastos de cada ejemplar, qué lleva (medicamento o implemento), qué no se le puso, cuántos cc se le dieron. Es un trabajo muy detallado que hay que hacer con calma para que no se nos escape ningún detalle al momento de pasar la facturación al propietario”, explica.
No todo es la fuerza
Al intentar dominar un ejemplar de más de 400 kilos, la mujer siempre llevará una desventaja de fuerza respecto a sus colegas masculinos. Bruzual aclara que al montar no todo es la fuerza, la “maña” también juega un papel determinante, si bien hay ejemplares que suelen dar más trabajo que otros para controlarlos.
“Hay ejemplares que de verdad son duros y tienen sus galopadores, que son hombres de 80 o 90 kilos que pueden controlarlos. El jockey lo conoce el día de la carrera, pero la mayoría de los caballos son dominables y la mujer sí puede controlarlos. En las carreras es distinto, porque hay que emplearse un poco más”, admite.
Para conseguir las montas en las pruebas públicas e incluso para galopar en las mañanas de traqueos, Bruzual cuenta con el apoyo de su agente, Fernando Chávez, con quien la todavía aprendiz reconoce que se la pasa “para arriba y para abajo”, en la búsqueda de nuevas oportunidades con los entrenadores que hacen campaña en La Rinconada. María Alejandra tiene la fortuna de tener la otra guía en casa, con su esposo Luis Francisco.
“Mi esposo me ayuda bastante, porque además de entrenador fue jinete. Me faltan algunos detalles en las carreras que me han costado mucho, pero allí vamos. Día a día me va enseñando a acoplarme, que es lo que me falta, y seguir dominando a los ejemplares. Siempre hay que tener mucha concentración encima de un purasangre”, resalta la atleta andina.
Mucho machismo
Bruzual dice que admira a la exjocketta estadounidense Julie Krone. Pero lamenta el machismo que impera en el hipódromo y la desconsideración de muchos aficionados, o más bien apostadores, cuando las cosas no salen bien en las carreras.
“Aquí en el país es una lástima que no se tome en cuenta a la mujer. Hay mucho machismo y desde las tribunas te gritan cualquier cosa cuando pierdes. Eso no se ve en el exterior, en donde se valora mucho más a las mujeres en el hipismo”, señala, y seguidamente da un ejemplo de esa “desvalorización” al apuntar que ni ella ni Cindy Carrero tienen un espacio propio en el recinto de jinetes, a pesar del respeto que –asegura– ambas han recibido de sus colegas hombres.
Las metas de 2020
Los obstáculos propios del medio, sin embargo, no amilanan a María Alejandra. En 2020 quiere duplicar o hasta triplicar los 11 triunfos de 2020, y no ve como una meta imposible meterse entre los 10 mejores de la estadística de jinetes. Sabe que eso podrá conseguirlo con constancia, disciplina y algunas mejoras en su estilo. “Me gustaría acoplarme más en la silla, porque corro un poco parada y el jockey tiene que venir más agachado”, apunta.
Por lo pronto, Bruzual galopa muy temprano en las mañanas y aprovecha para disfrutar un poco mientras se reanuda la acción en La Rinconada. Sabe que la báscula no será un “tropiezo” cuando finalmente se dé la partida en la nueva temporada.
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