Mujeres bajo custodia de Dgcim y Sebin usaron ropa ensangrentada durante su menstruación

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La Misión Independiente de Determinación de los hechos sobre Venezuela de la Organización de las Naciones Unidas documentó que las condiciones de detención de las mujeres eran inferiores a las de los hombres. Cuando llegaba el agua a las celdas los hombres se duchaban primero y algunas no tenían posibilidad de asearse mientras tenían su regla, por lo que tuvieron que ir con la ropa manchada de sangre a tribunales. 

Caracas.  Las condiciones inadecuadas de detención de las mujeres en las celdas del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) y la Dirección de Contrainteligencia Militar (Dgcim) afectaron de manera desproporcionada sus derechos. Sus condiciones de reclusión eran inferiores a las de los hombres. Así lo determinó la Misión Independiente de Determinación de los hechos sobre Venezuela de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

En la investigación, presentada el 16 de septiembre, documentaron varios casos de mujeres que tuvieron la menstruación y no les proporcionaron productos de higiene menstrual, tampoco pudieron bañarse adecuadamente. En consecuencia, tuvieron que usar la ropa manchada de sangre por varios días, a veces en presencia de hombres que ellas no conocían. A algunas las presentaron en los tribunales con la ropa ensangrentada

Las víctimas dijeron a la misión que los funcionarios se burlaban de ellas y de su ropa. Describieron estas situaciones como “profundamente humillantes”.

En el Sebin de El Helicoide las mujeres no tenían el mismo acceso al agua que los hombres. Cuando llegaba el agua le daban permiso primero a los hombres, lo que afectó de manera desproporcionada a las mujeres porque no tenían agua para tomar, para bañarse ni limpiar. Tampoco podían asearse cuando les venía la menstruación. 

Gran parte de los abusos cometidos ocurrieron en el Sebin de El Helicoide. Foto: Luis Morillo
Explotación sexual de funcionarios a detenidas

La Misión de la ONU recogió casos de mujeres y niñas (hombres también) que tuvieron que hacer sus necesidades en bolsas y frente a funcionarios y otros detenidos del sexo opuesto. También registraron que fueron víctimas de explotación sexual.

Funcionarios de la Dgcim y el Sebin cometieron la mayoría de actos de violencia sexual. Los funcionarios usaron la violencia sexual como medio de tortura. Los hechos se llevaron a cabo en la Dgcim de Boleíta, en el Sebin de El Helicoide y en el Sebin de Plaza Venezuela. También se documentaron algunos casos en las casas de tortura de la Dgcim.

Las detenidas fueron obligadas a cometer actos sexuales con los guardias del Sebin, en El Helicoide, y víctimas de sexo transaccional coercitivo (sexo a cambio de un beneficio). Los funcionarios no proporcionaron anticonceptivos y las mujeres no fueron sometidas a exámenes médicos para detectar enfermedades de transmisión sexual o embarazos.

La Misión considera que estos fueron actos de explotación sexual, precisamente por su carácter coercitivo. En las celdas no se pusieron bienes o productos básicos sin costo a disposición de las mujeres, para evitar la necesidad de relaciones sexuales transaccionales. 

El sexo con detenidos está prohibido. La Ley orgánica sobre el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia prohíbe a los funcionarios sostener relaciones sexuales con detenidas bajo su custodia.

Mujeres, familiares de los detenidos, también fueron víctima de abusos. Foto: Luis Morillo 010618
A continuación los hallazgos de la investigación acerca de la desigualdad de condiciones de detención de las mujeres:
  • En El Helicoide 30 mujeres permanecieron hacinadas en una celda sin acceso a agua.
  • Una mujer dijo a la Misión que se vio obligada a ducharse desnuda en un vestidor masculino del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), y los hombres le hablaban mientras se bañaba. Luego un oficial le hizo insinuaciones sexuales.
  • Las mujeres detenidas informaron que también tenían menos acceso a la luz solar y a la actividad física en comparación con los hombres.
  • Una testigo dijo a la Misión que a las detenidas les preocupaba estar embarazadas de los custodios después de las relaciones sexuales, y evitaban la concepción.
  • Las detenidas de El Helicoide le pedían a sus familiares que les llevaran anticonceptivos, para poderlos distribuir entre el resto de las reclusas. Sin embargo, los anticonceptivos fueron cada vez menos accesibles en el país.
  • La Misión recibió información de una mujer que fue golpeada y asfixiada, a pesar de que dijo que estaba en el primer trimestre del embarazo. Un mes después los oficiales llevaron a la víctima al hospital, donde sufrió un aborto espontáneo. Previo al traslado no le prestaron atención médica pese a las peticiones de la familia.
  • Las mujeres, familiares de los detenidos, también se enfrentaron a desafíos importantes debido a la falta de agua, medicinas, comida y bienes básicos en los centros de detención. Debían acudir a diario  con estos artículos. El transporte hasta estos lugares era un desafío, algunos se trasladaban de un estado a otro. Detenidos dijeron a la Misión que los funcionarios retuvieron algunas entregas.
  • El tiempo y los recursos necesarios para comprar estos artículos eran una carga significativa para las mujeres de la familia. Muchos detenidos sostenían económicamente a la familia o contribuían. Sin esta ayuda ellas también se enfrentaban a los gastos del hogar.
  • En un caso documentaron que las mujeres tuvieron que dejar sus empleos para dedicarse a los detenidos. 
  • En cuatro casos se conoció que las mujeres fueron sometidas a requisas corporales indebidas, invasivas o humillantes durante la visita.
DGCIM
Funcionarios de la Dgcim también cometieron actos de violencia sexual, según el informe de la Misión de la ONU. Foto: Cortesía
Hechos documentados de violencia sexual:
  • Se documentaron 45 incidentes que incluyeron 89 actos específicos de violencia sexual, algunos con múltiples víctimas. Nueve ocurrieron en el contexto de manifestaciones, 34 durante interrogatorios o detenciones y dos en operativos policiales. 
  • 74 % de los incidentes de violencia sexual fueron contra hombres y 30 % contra mujeres.
  • 3 casos de violación sexual utilizando partes del cuerpo u objetos.
  • 19 casos de amenazas de violar a personas o hacer que otras personas las violen.
  • 5 casos de amenazas de violación u otros tipos de violencia de género, contra familiares mujeres de las víctimas.
  • 10 casos de manoseo de senos, glúteos y genitales, y azotes.
  • 23 casos de desnudez forzada, incluso durante períodos prolongados.
  • 24 casos de violencia dirigida a los genitales (masculinos y femeninos): los senos o el abdomen (en caso de mujeres), incluidas las palizas o la aplicación de descargas eléctricas.
  • 5 casos de requisas corporales invasivas e innecesarias (contra hombres y mujeres) de personas detenidas o visitantes.

Foto: Luis Morillo


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