Mujeres migrantes y refugiadas expuestas a distintos tipos de violencia en pasos ilegales

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Mujeres y niñas venezolanas que abandonaron el país por las trochas, debido a la emergencia humanitaria compleja y a la pandemia de COVID-19, estuvieron expuestas a violencia psicológica, sexual y física por parte de presuntos funcionarios y grupos armados. Según datos de Acnur, entre 24 % y 80 % de las migrantes y refugiadas experimentan alguna forma de violencia sexual durante su tránsito.

Caracas. Las mujeres migrantes y refugiadas han normalizado la violencia que padecen durante su travesía desde Venezuela hasta Colombia por los caminos irregulares. Funcionarios de seguridad del Estado y miembros de grupos armados —presuntamente— abusan sexualmente de ellas, o son captadas por redes de trata de personas. 

Según una investigación de la Fundación Hablemos, uno de los principales desafíos para mujeres y niñas migrantes o refugiadas es la violencia sexual o la trata de personas, principalmente en las trochas. En 2020, la Defensoría registró que de las 3648 niñas que entraban a Colombia, al menos 65 % sufría violencia sexual

La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) define que los refugiados son quienes huyen de su país por conflictos o persecución para buscar seguridad en otros países. Mientras que los migrantes eligen trasladarse de un país a otro para mejorar sus vidas, encontrar un trabajo o por estudios.

Amnistía Internacional considera que las mujeres que están en condiciones de vulnerabilidad social, cultural, económica y personal tienen mayor riesgo de violación a sus derechos humanos.

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Foto: Ana Barrera.

La emergencia humanitaria compleja que atraviesa Venezuela desde 2015 se exacerbó con la pandemia de COVID-19 e impulsó a mujeres y niñas a salir de Venezuela de forma ilegal por el cierre de la frontera, que culminó el pasado 26 de octubre con la reapertura del paso peatonal entre ambos países. Muchas de ellas emigran solas, lo que incrementa las posibilidades de ser captadas para explotación sexual o ser víctimas de violencia física, sexual o psicológica.

Acnur considera que las violencias basadas en género en los países de las mujeres las impulsan a migrar. Entre 24 % y 80 % de las migrantes y refugiadas experimentan alguna forma de violencia sexual durante su tránsito.

Investigaciones de las Naciones Unidas indican que mujeres y hombres viven experiencias de migración diferentes y en contextos de emergencia, derivados de la pandemia de COVID-19, también se enfrentan a retos distintos que, en el caso de las mujeres, las ponen en situaciones de mayor vulnerabilidad.

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Acnur considera que hombres y mujeres viven experiencias distintas de migración. Foto: AB

Durante el encuentro virtual “Violencia contra las mujeres y niñas refugiadas venezolanas”, organizado por Amnistía Internacional, Angye Suárez, colíder de la Línea de Género de la Fundación Hablemos, explicó que hicieron una investigación en la que conversaron con venezolanas que entraban a Colombia por los caminos irregulares (trochas) y gran parte de ellas tenía trabajos informales o eran trabajadoras sexuales

Las niñas contaban a la fundación que en los tramos ilegales las tocaban los guardias de Venezuela o del Ejército de Colombia y ellas piensan que es normal, que como mujeres están expuestas a eso. Muchas de ellas tienen la nacionalidad colombiana pero si está cerrada la frontera no hay garantías de que puedan pasar, explicó Suárez.

Los miembros de redes de trata de personas se aprovechan de la crisis económica de Venezuela y abordan a las víctimas con falsas propuestas, una de ellas es un trabajo bien remunerado que ofrece posibilidad para las mujeres de mejorar su situación económica y la de su familia. 

La Organización de las Naciones Unidades (ONU) para Mujeres indica que las adultas y las niñas representan 49 % de las víctimas de trata de personas a escala mundial, principalmente con fines de explotación sexual. Por lo general, las víctimas no reportan ni denuncian cuando son expuestas a algún delito porque no se les garantiza el acceso a la justicia. 

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Niñas, niños y adolescentes son vulnerables tras su paso por las trochas fronterizas. Foto: Luis Morillo
Discriminación y xenofobia: otra forma de violencia

Otro tipo de violencia al que están expuestas las mujeres y niñas venezolanas, migrantes o refugiadas, es la discriminación, la xenofobia y la aporofobia

Por la discriminación hay mujeres que se ven obligadas a trabajos sexuales, pues no encuentran empleo, o son víctimas de la explotación laboral, explicó Angye Suárez, de la Fundación Hablemos. “Ahí viene la veneca esa”, son el tipo de comentarios con los cuales deben lidiar las refugiadas o migrantes. 

Las mujeres también han normalizado la discriminación, la xenofobia y esos comentarios afectan a las mujeres pero no de la misma manera, agregó Suárez durante el foro virtual de Amnistía.

Suárez indicó a Crónica.Uno que las pocas probabilidades de encontrar oportunidades de empleo o educativas vulneran los derechos fundamentales de las mujeres. Colombia está en proceso de generar garantías a su propia nación y tener que brindar garantías a una nación externa hace que los procedimientos se demoren y hagan el proceso más difícil.

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Mujeres y niñas son víctimas de violencia en su paso por las trochas. Foto: Cortesía.

Los servicios públicos que se le ofertan a la mujer migrante se quedan cortos, a una mujer que es víctima de violación y quiere acudir un aborto legal se le impide y ahí viene el proceso de la revictimización porque va de una entidad a otra donde tiene que contar varias veces su historia y así va el proceso legal hasta que tiene el embarazo adelantado, dijo.

Cifras de Acnur aseguran que las mujeres conforman casi la mitad de los 272 millones de migrantes y de los 19,6 millones de personas refugiadas del mundo.

Nastassja Rojas Silva, especialista en Migración y Género de la Universidad Javeriana, detalló que entre los riesgos que enfrentan las migrantes y refugiadas están los marcos normativos, que está desactualizados, y que no hay compromisos de los Estados, sobre todo en el sistema de protección de los derechos humanos. 

Las mujeres que provienen de Venezuela requieren protección especial, sufren por las condiciones de origen y hay desbalance en la responsabilidad compartida, la responsabilidad compartida debe ser del país de origen, de tránsito y de destino. En este caso el lugar de origen no tiene intención de hacerse responsable de la vida y de los DD. HH. de estas mujeres, dijo durante el foro virtual de Amnistía Internacional. 

Fracaso de los Estados en materia de género

Erika Guevara, directora regional para las Américas de Amnistía Internacional, considera que los Estados han fracasado al generar políticas públicas y culturales que promuevan espacios seguros para las mujeres y las niñas. 

Las especialistas que participaron en el foro virtual consideraron que los Estados deben tener enfoque de derechos humanos compartidos con enfoques de género, y adicionalmente, enfoque interseccional, para evitar crear la división de mujeres. 

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Foto: Ana Barrera.

“Hay diversidad de mujeres y toda la concepción que ello tiene, no hay que crear marcos que generalicen a las refugiadas y migrantes”, agregó Nastassja Rojas Silva.

En temas de protección de los derechos humanos los ciudadanos tienen un rol. Rojas Silva considera que además de las políticas públicas la sociedad debe recibir educación para combatir la xenofobia y la discriminación.

Hasta el 8 de septiembre de 2021, la Plataforma de Control Interagencial de Naciones Unidas contabilizó que un total de 5,7 millones de personas emigró de Venezuela.


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