Quebrada La Mermeja se volvió una amenaza para casas del sector barrio Bueno en Carabobo

quebrada La Mermeja

Según la Ley de Aguas, todo territorio a 80 metros de las márgenes de un río no navegable, como la quebrada La Mermeja, son del Estado y las construcciones están prohibidas. Sin embargo, en barrio Bueno, la necesidad “obligó” a varios residentes a hacer caso omiso de la norma.

Valencia. Las quebradas en casi cualquier parte de Venezuela son un desastre. Muy pronto acaban por volverse una bomba de tiempo para las comunidades que las circundan, y más si es temporada de lluvias. Eso es precisamente lo que ocurre en barrio Bueno, un sector popular ubicado en la parroquia Tocuyito del municipio Libertador en Carabobo.

Migdalia Infante es testigo directo de esto. Su casa queda a unos cinco metros de la quebrada La Mermerja y hace algún tiempo la vivienda que estaba a su lado se derrumbó. La mayoría de las construcciones están hechas a la vera de la quebrada, irrespetando las distancias básicas de construcción.

Para Infante, el problema es que “metieron unas máquinas y casi nos tumban las casas y no nos han solucionado”.

quebrada La Mermeja
Quebrada La Mermeja en Barrio Bueno de Libertador. Fotografía: Armando Díaz.

A quienes sí les han solucionado es a los habitantes de Fundación CAP, una barriada de 2,18 km2, dividida en sectores, que colinda con el Mercado de Mayoristas de Tocuyito, y, a su vez, con la autopista Circunvalación Sur que une a Valencia y Libertador con los valles altos de Carabobo y los estados del centro occidente.

Ahí abajo la maquinaria del alcalde Oscar Orsini ha hecho presencia, limpiando no solo la quebrada sino las áreas verdes que bordean la autopista, pero más arriba en Barrio Bueno dejaron todo inconcluso y mal hecho. “Aquí siempre es así, trabajan hacia la autopista y para adentro no”.

En la parte trasera de la casa de Infante está el viejo edificio en el que operaba una concretera, la cual fue expropiada y hoy pertenece al Estado, aunque luego Infante se corrige y dice que es propiedad de la comunidad. Este edificio está justo al borde de la quebrada y una de las esquinas de la construcción está en el aire porque la tierra a sus pies cedió. “Esto lleva un año ahí”.

Hace un año, Oscar Orsini llegó al lugar y prometió que el problema sería solucionado. Infante detalla que era época de lluvias, en aquel entonces el alcalde dijo: “No lo voy a hacer ahorita porque no voy a perder mis riales, pero en el transcurso te lo hacemos”. A un año de la situación, la Alcaldía de Libertador parece no haber encontrado el dinero para solucionar.

En el recorrido que Infante hace al equipo de Crónica.Uno le muestra la quebrada y la zona en la que esta hizo estragos. “Cualquier día de estos me encuentran por allá”.

Miedo latente

Ese también es el miedo de Ana Olivella, quien vive justo al otro lado de la quebrada. Su casa es una bodega en la que vende todo tipo de mercancía alimenticia. Tiene varios niños y teme que ocurra un derrumbe, la obstrucción de La Mermeja, y que eso afecte su casa.

“Hay personas que están peores que yo. Eso se está comiendo todo”, sostuvo Olivella.

La comunidad insiste en que las malas obras hechas con las máquinas payloader son la génesis del problema, ninguno menciona que construir a las márgenes de una quebrada supone un riesgo perenne.

Yo estaba levantando mi pared y no pude seguir porque todo eso se me estaba hundiendo, de hecho, la vecina de atrás hizo la pared y se le vino abajo y la quebrada se la llevó. Eso nos da miedo”, explicó Olivella.

quebrada La Mermeja
Ana Orivella en su bodega ubicada en Barrio Bueno, a escasos metros de la quebrada La Mermeja. Fotografía: Armando Díaz.

Sin embargo, la comerciante dice que construyó el muro no por evitar el río, sino por tener seguridad. Cuando se le pregunta qué tipo de seguridad no responde, incluso cambia de tema y cuenta que se gastó $250 en la obra inconclusa y que necesita al menos $700 más para completar las labores.

Adrina Hurtado, vecina de Olivella, sí sabe cual es esa inseguridad y la enuncia en voz baja, abrazando a su hijo:

Aquí la gente de la zona vende droga y cuando llega la policía corren y se terminan escondiendo en la casa de uno. La otra vez me pasó y me hacían señas de silencio”, dijo Hurtado.

Esa fue esa una de las tantas razones para levantar su pared, pero La Mermeja se la llevó.

Eso se está comiendo todo y es un problema de años. Recuerdo que cuando esa pared se cayó fue horroroso, hasta se llevó unos animalitos que tenía, unos loritos”, dice Olivella.

Ella lleva seis años viviendo en barrio Bueno. Estaba buscando un sitio dónde residir y le hablaron de ese espacio, allí construyó su casa. “Ese terreno no se le conseguía ni pie ni cabeza, pero igual ahí yo hice mi casa”.

De acuerdo con la Ley de Aguas de 2007, artículo seis, todas las aguas del territorio nacional son dominio público de la Nación, demarcando como parte de estas zonas las comprendidas dentro de una franja de 80 metros de los ríos no navegables, quedando a salvo los derechos adquiridos por particulares con anterioridad a la entrada en vigencia de esta ley.

Olivella y Hurtado están fuera de la ley. Aseguran que la necesidad de un techo las llevó a obviar la norma y vivir con el riesgo latente de una crecida de la quebrada La Mermeja.

Pedazo de tierra que cedió, con las lluvias y el trabajo de la maquinaria. Fotografía: Armando Díaz.

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