Ante la imposibilidad de costear las mensualidades de un colegio privado, algunos padres y representantes optaron por inscribir a sus hijos en una escuela pública. El gremio docente ha denunciado las malas condiciones de las infraestructuras y servicios básicos.
Ciudad Guayana. A una semana de que comenzaran las clases, Ricardo comenzó a buscar cupo en un liceo público. Su hijo estudió hasta séptimo grado en un colegio público de Puerto Ordaz. Anteriormente contaba con la ayuda económica que daban en las empresas básicas por contratación colectiva a los hijos de trabajadores y cancelaba el total de la mensualidad.
Pero cada vez se le hacía más difícil pagar los 75 dólares mensuales del colegio. Entonces decidió buscar una escuela pública que al menos estuviese en mejores condiciones que la mayoría de las del municipio.
Cuatro días antes de empezar el año escolar 2023-2024, lo llamaron de una escuela pública estadal de Puerto Ordaz.
“Conseguí el cupo y fui a inscribirlo. Después la directora me mandó con una coordinadora que me entregó una silla y una mesa toda rota, para repararlas”, relató.
Resulta que a cada representante le dan esa tarea para que los hijos tengan dónde sentarse en clases.
Me dijeron que tenía que tenerla lista para el lunes (2 de octubre). Si no, mi hijo tenía que llegar muy temprano a la escuela porque no garantizaban que consiguiera dónde sentarse e iba a tener que ver clases en el piso”, agregó.
Ricardo lamentó que su hijo pase ahora por esto, pero admite comprender la situación que enfrenta la educación pública del país.
“Las maestras comentaron que no recibieron recursos ni del Gobierno regional ni del nacional, porque esa escuela es estadal, que funciona en las mañanas, y nacional en las tardes”, detalló.
El desmalezamiento, a pocos días del comienzo del año escolar, lo hacía el personal administrativo y pocos docentes que se incorporaron. De hecho, el primer día de clases de su hijo solamente asistió un profesor, el de inglés.
Deudas acumuladas
Por otra parte, el inicio de clases también estuvo marcado por las deudas que padres y representantes acumularon del año anterior.
Francisca Rojas, trabajadora de Bauxilum, denunció meses atrás la situación que vivía con su hijo de 16 años porque la empresa incumple con el pago de escuelas como contempla la cláusula 25 del contrato colectivo.
Su esposo murió hace dos años, por lo que casi todos los gastos del hogar recaen en ella. Su hija, de 21 años, se sacrificó para ayudar a su hermano y congeló el semestre en la universidad. Así, su mamá podía pagar el colegio de su hermano para que culminara bachillerato. Sin embargo, no fue suficiente.
“Ahora tengo una deuda con el colegio. El colegio me pasó una carta donde me manifiestan que no pueden liberarme la documentación del niño porque no he pagado. La deuda es de casi 500 dólares. ¿Por qué? Porque nosotros tenemos un beneficio que nos otorga 55 dólares de apoyo educativo por cada trabajador. La empresa incumple la cláusula porque reza que ellos nos deben dar el 100 %”, explicó.
La mensualidad del colegio estaba por el orden de los 80 dólares. Es decir, aun pagando los 55 que da la empresa, debía cada mes 25 dólares. Su salario mensual es de 312 bolívares.
Ya mi hija congeló sus estudios universitarios y no quiero volver a pasar por esto. Le dije a mi hijo que tenía que inscribirse en una escuela pública o simplemente hacer curso o irse del país”, admitió Rojas.
Balance
El gobernador del estado Bolívar, Ángel Marcano, indicó que 70 % de la población estudiantil de la entidad se incorporó a clases. En algunas instituciones comentaron que el lunes 2 de octubre asistieron entre 60 % y 80 % de los inscritos. El resto faltó, y algunos no se han reinscrito.
En cambio, en el ámbito nacional, la Federación Venezolana de Maestros reportó un 80 % de ausentismo escolar.
Por su parte, la secretaria general del Colegio de Profesores en Bolívar, Aida González, se refirió al estado de las instituciones y estimó que el 97 % de las escuelas comenzaron el año escolar sin estar aptas para recibir a los alumnos por no contar con servicios básicos y persistir los problemas de infraestructura.
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