Sagas y libros de autoayuda marcan la pauta de lectura en Táchira

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A pesar de la crisis, las personas optan por comprar libros nuevos o usados. Los jóvenes buscan sagas, los adultos, leyendas o libros de historia. Los costos van desde 3000 hasta 150.000 pesos.

San Cristóbal. Durante décadas los vendedores de libros en la capital del estado Táchira, han sido una referencia para aquellos lectores que buscan alimentar su inteligencia con diversos textos, que son ofrecidos en armatostes metálicos apostados en las calles o carreras de la ciudad.

Las carencias en las librerías agudizaron la presencia de los libreros públicos, los cuales eran atendidos por personas que vieron en la venta de textos educativos, literatura y sagas, una oportunidad para sobrevivir en medio de la crisis humanitaria compleja que atraviesa Venezuela.

Son pocos los sitios en los que se pueden acercar quienes requieren textos para construir los saberes. Sin embargo, aquellos que laboran en esto arguyen que es necesario fomentar la lectura y mantener esta práctica.

Nirvana Rivera Prato es la tercera de cuatro hijos de una familia que comenzó vendiendo en las calles hasta que se instaló en la Quinta Avenida, en un kiosco que hoy día es referencia en la compra-venta de libros nuevos y usados. Además también hay revistas y todo tipo de texto de entretenimiento y diversión.

Rivera esgrime que su padre luego de vender junto a sus hijos en la calle, mercados y cualquier lugar en el que pudieran ofrecer sus productos, obtuvo un préstamo. Con este dinero compró el lugar, hace ya 40 años, y lo bautizó como kiosco El Amigo Lector. 

Sostiene que si bien los comerciantes han pasado momentos de crisis, como lo vivido por la pandemia de COVID-19, ha visto como al terminarse, las ventas se incrementaron hacia los libros de sagas, autoayuda y financieros.

Adultos buscan leyendas y libros de autoayuda. Foto: Maryerlin Villanueva

“Los jóvenes optan por este tipo de libros, pues vienen en varios tomos. Hemos visto cómo cada vez más esta población demanda este tipo de texto”, expresó.

También están aquellos que buscan novelas clásicas de autores como Gabriel García Márquez, Rómulo Gallegos, entre otros.

Mujeres buscan revistas de manualidades en los kioscos de libros. Foto: Maryerlin Villanueva
Textos usados 

Señala Nirvana que comparado con años anteriores, ahora se consigue más variedad de libros. Esto ha hecho que los lectores no tengan necesidad de ir hacia Cúcuta, en Colombia, para hacer la compra. 

La literatura usada también es otra opción para los lectores. Pueden conseguir los textos con precios que van desde 3000 pesos (menos de un dólar ) hasta 50.000 pesos colombianos (13 dólares).

Mientras que los jóvenes buscan sagas, los adultos buscan libros de leyendas del Táchira, historias y algunas novelas.

Esto genera una rotación en la mercancía, lo que da más oportunidad de ofrecer variedad al público. Comentó que las revistas también son demandadas, especialmente por mujeres que se dedican a las manualidades.

Antes Bautista podía vender hasta 20 libros diarios. Foto: Maryerlin Villanueva
Mercancía de contado

Al kiosco, de Prato con frecuencia, llegan personas que ofrecen nuevas enciclopedias, de las que piden en las escuelas públicas y privadas para niños y jóvenes. No obstante, comprarlas es difícil porque deben pagarse de contado.

Antes trabajamos con crédito, ahora no. Todo debe de ser contado, y en ocasiones para nosotros es muy cuesta arriba dejar los libros de esta forma”, comentó.

Los créditos con los proveedores se acabaron. Los pagos deben ser de contado. Foto: Maryerlin Villanueva
Educación 

El negocio de la compra y venta de libros, recuerda Rivera, iba más allá. El kiosco El Amigo Lector se convirtió en un centro de tertulias al aire libre, en el que se conversaba acerca de los libros del momento y de las consecuencias de los libre pensadores.

“Aquí mi familia hizo muchos amigos y venían muchos lectores que se ponían a conversar y compartían las enseñanzas de los libros (…) también nos ayudaban a nosotros en nuestros estudios y nos explicaban acerca de las dudas que podíamos tener”.

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Los créditos con los proveedores se acabaron. Los pagos deben ser de contado. Foto: Maryerlin Villanueva
Ventas a medias 

David Bautista tiene más de 40 años dedicado al oficio de vender libros. Detalló que en su negocio persisten las ventas de textos de crecimiento personal y ayuda financiera. Los pasatiempos, sudokus y otros forman parte de la demanda de los usuarios.

Los textos nuevos, que pueden superar hasta 150.000 pesos (45 dólares), no son tan requeridos como los usados, puesto que los lectores buscan la economía en medio de la crisis.

“Hoy día las ventas son lentas, pero se mantienen. Antes en un solo día yo podía vender hasta 20 libros de La culpa es de la vaca, en la actualidad, uno por mes”, expresó.

Su puesto también está ubicado en la Quinta Avenida de San Cristóbal, y desde tempranas horas de la mañana hasta al final de la tarde, permanece abierto para los asiduos lectores, quienes a pesar de las adversidades quieren fomentar su conocimiento.

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