De las 12 cisternas que deberían llegar a diario al Táchira con gas doméstico, apenas llegan tres, para atender 29 municipios. Esto ha generado nuevas protestas y angustia entre la población tachirense. Denuncian que, pese a la escasez del gas obtenido de manera legal, con pesos o dólares aparecen las bombonas llenas.
San Cristóbal. La crisis del gas doméstico se agudiza con el paso de los días. Y es que a duras penas llega 25 % de la demanda requerida en los 29 municipios del Táchira, lo que convierte la entidad en una de las más afectadas por la crisis de todos los servicios.
Esta situación ha mermado aún más la calidad de vida de los andinos, quienes desde hace mucho padecen el colapso de todos los servicios. Esto ha generado una serie de protestas a lo largo y ancho de la entidad, pues la falta del gas doméstico es una realidad ineludible en el estado.
Freddy Bernal, designado por el gobierno de Nicolás Maduro como “protector del estado Táchira”, reconoció el viernes pasado la falta de gas en la entidad e informó que de las doce cisternas de gas doméstico que deberían llegar a diario, apenas están llegando tres, lo que genera un desabastecimiento crónico de este servicio en todos los rincones del estado.
Incluso, ante la falta del gas en la entidad, las FAES controlan las plantas de llenado, “para chequear que el poco gas que llegue, llegue a las comunidades y no se desvíe”, dijo Bernal.
Esta medida fue tomada tras la destitución del encargado estadal de Gas Táchira, Carlos Trompiz, luego de reconocer que no había gas en el estado, así como las dificultades que se presentan para la obtención del gas, debido a las fallas, por ejemplo, en la planta de Jose en el estado Anzoátegui, lugar donde las cisternas del Táchira llenan para abastecerse y luego se trasladan a una de las cuatro plantas del estado para proceder al llenado de los cilindros o la distribución del gas a granel en edificios y comercios.
En pesos
Sin embargo, en el mercado negro no hay nada que no se pueda conseguir. Los cilindros de 10 kilos, que son los más pequeños, se pueden conseguir por 50.000 pesos o 10 dólares. Los de 18 kilos, en 70.000 pesos o 20 dólares. Los cilindros de 27 kilos, en 100.000 pesos o su equivalente en dólares, que son unos 30, y la bombona más grande, que es la de 42 kilos, en 120.000 pesos o 40 dólares.
Quienes se dedican a este oficio son contactados por personas que entregan sus cilindros y son cambiados por unos llenos. Unos ofrecen el servicio a domicilio, mientras que otros hasta instalan la bombona a la conexión, dependiendo del cliente.
Si es en San Cristóbal y hay gasolina, uno lleva las bombonas hasta las casas. Otros las vienen a buscar aquí. No todos vienen a la casa de uno porque eso es delicado, pero siempre hay clientes que ya son VIP para uno”, dijo un vendedor de cilindros, que dio la información con la condición de que no se revelara su identidad.
Para estas personas siempre hay gas. No especificó la fuente de dónde saca los cilindros llenos, pero dejó claro que es de las plantas de llenado. “Ahorita no hay mucho qué hacer, y si se le presenta a uno una vuelta de estas, pues toca, porque si no, no llevo comida a la casa”, añadió.
Casi un año
Diversos son los sectores en la entidad que no tienen gas. Habitantes de Pirineos (parte alta de San Cristóbal) tienen desde octubre del año pasado que no ven un camión de Gas Táchira en esa zona. Por eso y por el colapso de todos los servicios, ya tienen unos nueve días protestando de manera consecutiva, pues ,ante los constantes apagones, ya ni en cocinas eléctricas pueden preparar alimentos.
“El gobierno debe garantizarnos los servicios y no tenemos por qué mendigar”, decían durante una protesta realizada el lunes pasado.
En Barrio Obrero, específicamente en el Pasaje Acueducto, habitantes llevan desde diciembre esperando el camión del gas. Denuncian que a panaderías, restaurantes y demás sí le llega a granel o por cilindros, pero que a la comunidad, en su mayoría adultos mayores, nada que se les hace el milagro de ver un camión.
Aguantan hambre
La señora Zoraya Lovera es una ama de cas. Contó al equipo de Crónica.Uno su día a día. Al tener una cocina eléctrica ruega porque no se vaya la luz. “Comemos sándwiches, frutas o galletas, lo que haya. O si me ha sobrado comida nos la comemos fría. Nos toca de todo”, dijo con mucha tristeza, pues a su madre, que tiene 91 años de edad, le ha tocado muy duro para evitar que le afecte la crisis de los servicios.
Aseguró que hay momentos en los que no tienen nada que no requiera cocción, por lo que han aguantado hambre varias veces hasta que llega la electricidad y pueden preparar algo. “Nuestra vida está signada por sobrevivir y todos los días crear nuevas estrategias para hacerlo”, añadió.
Lo mismo ocurre con pacientes oncológicos o renales, que incluso han protestado en la planta de llenado de la avenida Libertador en San Cristóbal rogando por una bombona, pues por su condición deben estar bien alimentados y no pueden exponerse al humo de un fogón.
Flor Jiménez, habitante del sector de Campo C en Capacho, formó parte de una protesta registrada el viernes pasado en la planta de llenado de gas. Aseguró que para la semana que viene los atienden, pues su madre padece de afecciones pulmonares y no puede cocinar con leña.
Aquí traje los récipes… y con pesos sí llega el gas… ya ni leña se consigue. Yo tengo a mi mamá comiendo una vez al día porque no se puede”, dijo.
Las autoridades esperan que se empiece a regularizar el suministro de gas en Anzoátegui para así “normalizar” el despacho de cilindros a las comunidades del estado. Sin embargo, se desconoce cuándo ocurrirá eso.
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