En la comunidad José Félix Ribas de Petare, en el municipio Sucre, llevan 22 días sin agua; en Nueva Casarapa, en Guarenas, desde hace un mes 4500 familias están sin el servicio; en la parte alta de Los Eucaliptos La Acequia, en San Martín, tienen más de 15 días secos, igual que en los bloques de La Vega.

Caracas. Lavarse las manos. Esa es la premisa mundial para cercar el COVID-19, que en la mayoría de los sectores caraqueños no se cumple. Hay reportes de las fallas en el suministro de, en promedio, 15 días sin agua.

En la comunidad José Félix Ribas de Petare, en el municipio Sucre, llevan 22 días sin agua; en Nueva Casarapa, en Guarenas, desde hace un mes 4500 familias están sin el servicio; en la parte alta de Los Eucaliptos La Acequia, en San Martín, tienen más de 15 días secos, igual que en los bloques de La Vega.

En la parte alta de La Florida tampoco hay suministro; en la Candelaria y en la parroquia San José la gente sale a buscar comida y también los botellones de agua, pues desde hace dos semanas no sale una gota por las tuberías.

Aun así, se insiste, en medio de la pandemia declarada como tal por la Organización Mundial de la Salud el pasado 11 de marzo, en que hay que lavarse las manos con frecuencia.

“Cómo me aseo, si llevo una semana sin agua. Nosotros almacenamos en pipotes, pero ya no me queda, por el coronavirus estamos lavando todo a cada rato. Dicen que hay que lavar la ropa que uno usa todos los días si sale a la calle, eso tampoco puedo hacerlo”, comentó angustiada Iraida Carvajal, habitante del kilómetro 3 de la Panamericana.

“Salí a comprar unas toallas sanitarias para mi hija, pero me da miedo exponerme en la calle, no tengo ni para comprar gel antibacterial”, añadió.

En esa zona desde el miércoles pasado no hay agua. Tampoco llegan las cisternas de la alcaldía. Los vecinos lo que hacen es llenar tanques y pipotes de todos los tamaños.

“Pedimos al gobierno que levante el racionamiento, necesitamos agua. Es urgente”, dijo.

En el municipio Chacao la escasez supera las dos semanas. El acalde, Gustavo Duque, habló de enviar cisternas, pero los vecinos dicen que es insuficiente para abastecerse.

Ya no es un problema exclusivo de los sectores populares. En Prados del Este y en la zona rural de El Hatillo hay poca agua por dificultades en el bombeo.

El director de programas de la Unicef, Sanjay Wijesekera, reveló que la medida de prevención sanitaria está fuera del alcance de 3000 millones de habitantes, lo cual equivale a 40 % de los 7500 millones que hay en el planeta.

Solo en la Gran Caracas, el Observatorio Vecinal señala que, de acuerdo con sus propias encuestas, 72 % de la población está sin agua por tuberías. Se añade parte alta de Carapita, sector el Manicomio de Catia, La Dolorita y Paulo VI, de Petare, que tienen 15 días sin agua.

El domingo 22 de marzo, Día Mundial del Agua, Nicolás Maduro, quien gobierna a Venezuela, se refirió a la flexibilización de los servicios de telefonía. Pidió a Conatel no cortar el servicio durante seis meses; y no habló de un plan especial para llevar agua a los venezolanos de forma continua y de calidad, incluso priorizando los centros de salud.

El monitoreo hecho por los trabajadores de la salud en 15 hospitales de Caracas, desde que comenzó la cuarentena, el pasado 16 de marzo, dice que solo en 13 había agua potable.

Y vale la pena destacar, dicho por Mauro Zambrano, dirigente del sector, que hay puestos asistenciales en los cuales el servicio va solo a un área, y hay otros donde deben almacenar en tobos o abastecerse con cisternas.


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