Vender plástico y cartón se ha convertido en una opción en Maturín. Tanto niños como adultos hurgan en la basura en busca de estos materiales para venderlos a las plantas de reciclaje y tener un ingreso que le permite cubrir una parte de sus necesidades.

Maturín. En un basurero cercano al barrio San Rafael, al oeste de Maturín, se encuentran Alexander y Miguel dos pequeños de 6 y 10 años de edad respectivamente. Ambos buscan, como quien busca un tesoro, restos de plástico entre el cúmulo de basura, esta actividad se ha convertido en una forma de generar ingresos a su corta edad.

Miguel y Alexander no tienen ningún parentesco. Son amigos que se reúnen a diario para ir al basurero. En medio de su inocencia, aseguran que con lo que recogen de plástico les alcanza para comprar dulces y helados.

Ambos indican que estudian y que sus madres trabajan en una institución del sector Paramaconi, desempeñándose como cocineras. Las representantes tienen conocimiento de que los niños acuden diariamente al vertedero de basura.

“A veces nos escapamos”, dice Miguel, el más pequeño. Comenta que en oportunidades no los dejan salir de casa por eso toman la decisión de irse sin permiso.

El plástico lo venden en la avenida principal del sector Paramaconi, pues manifiestan que hay personas que frecuentemente le compran “bolsitas”

Por 1 kilo nos dan Bs. 4,00 eso nos alcanza para comprar helados o animalitos (juego de lotería), nos compran varios señores que pasan por la avenida. No vendemos todos los días porque a veces no conseguimos”, expresa Miguel.

La venta de cartón también es una opción

Manuel Calzadilla, ha optado por vender cartón ante la situación económica del país. Asegura que al venderlo por toneladas gana más que en un trabajo tradicional. Calzadilla sale después de las 4:00 p.m a recorrer los locales del centro de Maturín, en busca de cartón, en los comercios asiáticos suele conseguir mayor cantidad pues desechan diariamente cajas.

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Para reunir una tonelada de plástico, quienes lo venden se toman hasta 15 días / Foto: NS

Yo tengo tres años en esto. Ahorita tengo un socio que entre los dos buscamos los cartones y hasta plástico. Cuando juntamos una tonelada la vendemos en la planta recicladora de la Bella Vista”, detalló.

Por una tonelada pueden cobrar entre 50 y 60 dólares y tardan aproximadamente 15 días en juntarla.

Calzadilla vive en una casa abandonada en el sector Las Brisas, detrás de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV), en ese mismo espacio habitan otras dos familias quienes también han aprovechado el techo para dormir en las noches.

Para el señor Manuel, la venta de cartón ha sido un respiro, en medio de las dificultades, que le permite garantizar las tres comidas.

“Hace días vendimos una tonelada de cartón y eso es una alegría porque nos dan 60 dólares que nos alcanza para comprar varias cosas”, expresó.


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