Alejandra Benítez disfruta ser de los “viejitos” de la delegación

La esgrimista de 36 años cumple en Río su cuarta vivencia olímpica y le parece interesante el hecho de estar entre los atletas criollos más experimentados.

Caracas. Alejandra Benítez (Caracas, 7 de julio de 1980) afronta en Río los cuartos Juegos Olímpicos de su carrera. La esgrimista —que compite en la modalidad de sable— ya participó en Atenas 2004, Pekín 2008 y Londres 2012; pero se niega a descartar su presencia en Tokio 2020 y disfruta estar entre los “viejitos” de la delegación venezolana.

La nativa de la parroquia Antímano del municipio Libertador debuta el lunes ante la egipcia Nada Hafez y habló vía telefónica con Crónica.Uno horas antes de la ceremonia inaugural de este viernes.

¿Tiene algo de especial la ceremonia de apertura de esta noche con respecto a las otras en las que desfiló?

—Es una apertura especial porque los Juegos son en Suramérica, en el país de la samba, y vamos a desfilar en el estadio Maracaná. Me imagino una fiesta de Carnaval que voy a disfrutar al máximo. El hecho de que la sede sea en nuestro continente nos hace sentir como en casa.

¿Cómo está el ambiente entre la delegación venezolana en las horas previas al inicio de los Juegos?

—El hecho de estar en un edificio y que sea un espacio donde no hay lugares para la recreación hace que sea más difícil encontrarnos dentro de la Villa Olímpica. Entre los pocos que nos hemos encontrado el ambiente es genial. Los más jóvenes viven su primera experiencia olímpica, los más experimentados quizá dedicados a lo suyo y claros en lo que van a enfrentar. La delegación tiene esa mezcla, con una juventud que es prometedora y puede traer medallas.

¿Qué tal está la Villa Olímpica?

—Es como cualquier otra Villa. En cuanto a espacio físico es mejor que muchas otras, pero a nivel de detalles los apartamentos sí tienen varios inconvenientes. No obstante, cuando ves la parte central de la Villa es hermosa. Tiene un lago, una fuente, espacios para sentarse, canchas y elementos que nunca he visto en otros complejos.

¿Qué es lo mejor de compartir en el complejo con las demás delegaciones?

—Lo más bonito de este espacio es sin duda el encuentro de todas las naciones. En el comedor puedes ver a Rafa Nadal, Novak Djokovic y Usain Bolt. Eso es único y solo lo puedes vivir en la Villa Olímpica.

¿De qué manera se le acercan los más jóvenes de la selección?

—Hay jóvenes que son respetuosos dentro de la delegación y le llegan a uno con respeto, pero creo que en Venezuela se ha perdido un poco el respeto de la antigüedad dentro del deporte. Hay jóvenes que son irrespetuosos, eso también sucede. No entienden que tantos años y tantos Juegos Olímpicos significan mucha dedicación. Hay otros que sí son respetuosos y me tratan de usted, eso me hace sentir hasta un poco “viejita”.

¿Siente por su experiencia la responsabilidad de ejercer cierta guiatura sobre las nuevas generaciones?

—Es bien interesante ser de los más experimentados. Yo siempre he estado dispuesta a ayudar a esos jóvenes y tengo un afecto muy especial por Yulimar Rojas, Robeilys Peinado, Elvismar Rodríguez, entre otros muchachos. Para mí tienen mucho talento y un valor único. Uno los ve brillando a este nivel y quisiera que llegaran muy lejos.

¿El grupo de esgrima siente presión por ser de los que  se espera mejores resultados en Río?

—En la esgrima cada quien está haciendo su trabajo. Los que están dentro del pronóstico de medallas no sabría decir qué sensaciones tienen.

¿En su caso cómo llega a las competencias y cuáles son los rivales a vencer?

—Estoy lista para la competencia. Caso contrario, no estaría aquí. Este jueves empecé las sesiones con mi psicólogo que ya está aquí en Río para ajustar algunos aspectos mentales que hay que afrontar en este tipo de eventos. Ya hicieron el sorteo y sabemos en qué cuadro caímos. Hay que comenzar muy duro porque todos los rivales son muy difíciles, pero el rival más complicado es uno mismo. Hay que superar la ansiedad y los nervios.

¿Su experiencia como ministra del Deporte le hace entender mejor y tener otra perspectiva de la actuación de la dirigencia en Río y durante todo el ciclo?

—La experiencia de haber pasado por allí me da una visión más amplia de las cosas a solucionar. Sin embargo, mi experiencia me dice que hay cosas sencillas a las que en ocasiones no le damos importancia y que son de gran valor.

¿Como cuáles?

—A veces hay detalles que pueden marcar la diferencia entre una delegación que va con todos los hierros con respecto a otra que puede ir de forma mediocre. En ocasiones veo cómo los dirigentes hacen política y buscan la manera de satisfacer a grupos en vez de pensar en los mejores resultados. Esperemos que con el tiempo se pueda cambiar eso. Por mi parte, soy una atleta y me adapto. No me incomodo.


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