Giselle Quijada organiza una red vecinal que propone llevar a escala municipal, pues este trabajo social le abrió las puertas y ahora conoce lo que están haciendo en el 23 de Enero, en Antímano, en El Cementerio, por citar algunos casos. Ella, junto con otros líderes sociales, busca alianzas para realizar jornadas de salud, pero también capacita y da talleres de emprendimiento a la comunidad.

Caracas. Si seguimos dormidos o parados en la acera del frente viendo cómo el otro hace o no hace, no somos ciudadanos. Bajo esa premisa Giselle Quijano, doctora de profesión, se mueve por las calles de Montalbán fortaleciendo la organización vecinal.

Lidera una organización que se llama Montalbán en Movimiento y desde esa plataforma social se propone cambiar muchas cosas no solo en su comunidad (Juan Pablo II), sino también proyectar transformación en el resto del municipio Libertador.

Solo para hablar de la urbanización Juan Pablo II, que tiene más de 9000 habitantes, era una zona objetivo para cualquier profesional clase media en los años 80.

Tierra santa, decían algunos, luego de que el papa Juan Pablo II la bendijera con su presencia y oficiara desde ahí —cuando era solo tierra— una misa multitudinaria.

Pasadas las décadas, y con el reacomodo que tuvo la urbanización con la construcción de la Misión Vivienda de 2945 apartamentos entre Montalbán y Juan Pablo II, la cosa no fue paz y amor.

Llegaron los problemas de inseguridad y el colapso de servicios públicos. En 2015 hasta una Operación de Liberación del Pueblo se lanzó el gobierno en este urbanismo, lo que dejó cinco fallecidos y más de 50 detenidos.

Los habitantes, que vivían tranquilos, hacían ejercicios por las mañanas, se sentaban en las áreas comunes durante las tardes, vieron transformadas sus rutinas con la llegada de los nuevos habitantes. El ruido de las motos y las invasiones a terrenos verdes, se hizo frecuente.

Eso generó protestas y cierre de vías. Hasta que los vecinos decidieron que la organización vecinal era clave para garantizar una mejor condición de vida.

Ya no solo desde las juntas de vecinos o desde la administración del edificio. Los problemas ameritaban fuerzas mayores. Nace Montalbán en Movimiento y, ahora, no es que los problemas se hayan acabado, solo que los vecinos lidian con ellos a diario y tratan de buscar soluciones con las herramientas que tienen en las propias comunidades.

Quijada, quien lidera el movimiento, lo que ha hecho es sacarle provecho a la organización vecinal y a los recursos humanos que hay en la zona.

De esa forma organiza una red vecinal que propone llevar a escala municipal, pues este trabajo social le abrió las puertas y ahora conoce lo que están haciendo en el 23 de Enero, en Antímano, en El Cementerio, por citar algunos casos ejemplo.

Ella, junto con otros líderes sociales, busca alianzas para realizar jornadas de salud, pero también capacita y da talleres de emprendimiento a la comunidad.

Además, Quijano organiza foros y conversatorios sobre temas de actualidad. Si se trata de aclarar el tema de la ayuda humanitaria, con las alianzas y las organizaciones no gubernamentales, lleva médicos y especialistas para que expliquen a los vecinos lo que eso significa. Lo mismo hacen con los actores políticos. Los convocan a mesas de trabajo para analizar y entender el acontecer diario.

Más de 300 personas se han visto beneficiadas con estos eventos. Y aunque Montalbán en Movimiento tiene un radio de acción local, ya se siente parte del trabajo de voluntariados en Carapita donde han colaborado con asistencias médicas para menores de 5 años.

El grupo por WhatsApp les ha servido mucho para mantener la red y para canalizar los problemas. “La idea es resolver entre todos los problemas, hay cosas que se escapan, pero hay otras que dependen de la misma ciudadanía”.

El trabajo es de hormiguitas. La transformación no se ha logrado por completo. Montalbán tiene las mismas deficiencias de cualquier zona del municipio Libertador. También está afectada por la diáspora, la oscuridad invadió las calles. Disminuyó la actividad comercial. No se hace mantenimiento a la vialidad. Pero, queda buen abono: sus vecinos en movimiento.


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