Carabobeños aprovecharon operativo de ONG para vacunarse contra virus del VPH

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Para 2016, estaba previsto la llegada al país de seis millones de vacunas contra el VPH para ser aplicadas en niñas de 9 años en adelante, según el Gobierno nacional, esto no se cumplió y el Sistema de Vacunación Nacional sigue en deuda. Gracias a una jornada emprendida por Funcamama, carabobeños lograron vacunarse

Valencia. Cuando Yelimar Alcalá se enteró que la Organización No Gubernamental, Funcamama haría una jornada de vacunación contra el VPH, no dudó ni un segundo en acudir a la sede ubicada en el Centro Comercial Metrópolis de Valencia para colocarse la primera de las tres dosis.

Se encontraba revisando su Instagram cuando se topó con una publicidad de la ONG y al verla se emocionó, puesto que es estudiante de medicina en la Universidad de Carabobo y sabe que es una vacuna difícil de conseguir. No tanto por la escasez de vacunas que ha sufrido el país, si no más bien por la escasez de dinero que en promedio ataca a la mayoría de los venezolanos.

Alcalá, justo en el momento que vio la publicación, le consultó a su ginecóloga quien le confirmó la importancia de acudir a las jornadas. “Es fundamental vacunarse. La gente no sabe lo importante que es vacunarse contra el Virus del Papiloma Humano. Deben incluirse hombres niños y mujeres”.

Para esta estudiante es de vital importancia vacunarse porque es proteger la salud femenina. “Es cuidar nuestro templo y si lo podemos cuidar con vacunas mucho más económicas mejor”.

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El alto costo de la vacuna impide a muchas personas protegerse contra el virus. Fotografía: Armando Díaz.

Yelimar Alcalá además ya está en su último año de estudios y es casualmente su tema de investigación en el final de sus estudios de pregrado. De hecho, su trabajo de grado se titula “Biopsia en cuello uterino que compruebe el VPH”, el cual hasta los momentos le ha permitido comprobar que los índices en la población carabobeña son preocupantemente altos.

Muchas mujeres de 22 años para abajo, tienen VPH y el caso más joven al que le estamos haciendo seguimiento es a una adolescente de 14 años, que además tiene un adenocarcinoma de cuello uterino”, cuenta la estudiante.

Aún no han obtenido cifras, puesto que próximamente pasarán a la parte de la contabilización. Sin embargo, la población analizada es de 93 mujeres.

Alcalá es una de las 118 personas que acudieron el pasado 9 de julio al operativo de vacunación. De hecho, fue de las últimas en recibir la dosis de Gardasil, nombré que recibe la vacuna Recombinante Tetravalente contra el VPH y que evita las variantes del virus tipo (6, 11, 16 y 18) Las cuales son mayormente responsables de cánceres como el de cuello uterino, de pene y ano.

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En los hospitales públicos la vacuna es inexistente. Fotografía: Armando Díaz.

De acuerdo con Luisa Táriba, presidenta de la ONG, la jornada se realizó como parte de la celebración de los 20 años de Funcamama. Lejos de buscar fiestas para celebrar, lo realizaron mediante lo que ellos consideran es lo mejor que pueden hacer, “ayudar”.

En lo personal, arribar a los 20 años en el contexto país y global actual es un nuevo reto, porque las necesidades se han profundizado y el trabajo por igual se ha complicado. Me siento agradecida por todo lo logrado en el tiempo. Siento, pienso y actúo consciente de que estos 20 años son el punto de partida para el trabajo que está por venir”, dijo.

A diferencia de los más de $100 que puede costar la vacuna contra el VPH en la región carabobeña y hasta los 250 dólares que llega una sola dosis en las clínicas caraqueñas, Funcamama vendió la vacuna en $60 como parte de una alianza con el sector privado.

Fotografía: Armando Díaz.

Armando Rojas, responsable de medios y comunicaciones de Funcamama, explicó que la vacunación contra el VPH tiene una importancia vital para la ONG no solo por su alto índice de contagio, si no por su vinculación con el cáncer, enfermedad contra la que Funcamama lucha.

“El 85% de la población tuvo o tendrá el virus unos con presentación oncogénica y otros sin ella. De hecho hay un tipo de este virus que nuestro cuerpo lo desecha”.

Por desgracia la vacuna no se encuentra disponible en el Plan de Vacunación Nacional, a pesar que en 2015, el Gobierno venezolano prometió que para 2016 vacunaría a menores de edad contra el virus. De hecho, se habla de una dotación de 6 millones de vacunas, las cuales se esfumaron y el gobierno central no ha emitido declaraciones al respecto. Por consiguiente, no hay vacunas contra el papiloma humano en los centros de salud pública.

Para Rojas, es difícil responder el por qué el Gobierno Nacional no ha hecho las gestiones pertinentes para democratizar la vacuna en la población venezolana. Tomando en cuenta que un venezolano promedio puede ganar desde los $50 hasta los $115. Lo que deja muy por fuera de sus posibilidades la adquisición de la vacuna, sin descartar que se necesitan tres dosis. La segunda a los dos meses y la tercera un año después.

Fotografía: Armando Díaz.

Es paradójico porque la mayor causa de muerte en Venezuela para las mujeres es el cáncer de mama y tampoco hay programas para atender este problema, lo mismo con el cáncer de próstata. Son cosas que uno no termina de entender como parte de las burocracias políticas”, refiere.

Rojas considera que los elevados costos de la vacuna reducen la posibilidad de la población de obtener su dosis, transformando a Venezuela en uno de esos tres países latinoamericanos que no tienen al VPH en su esquema nacional de vacunación.

Jerónimo Gil es uno de los hombres que acudió a la fundación para obtener su vacuna. Realizó los trámites vía telefónica y fue anotado en una lista. Llegó temprano al centro comercial y entregó su cédula para que los organizadores llevaran el control. Al ingresar a la sala estaba nervioso por lo que sentiría.

“La vacuna fue dolorosa, pero creo que duele más lo que te ocurre cuando los efectos del VPH te afectan. Tengo una amiga que está en Chile a la que su pareja le pegó el virus. Ella dice que eso debió haber venido de una relación previa, pero el caso es que el proceso fue muy angustiante y doloroso para ella. La cauterizaron y estuvo dos meses con su vagina adolorida porque son quemaduras allá abajo. Yo no me quiero imaginar eso en mi amigo entre las piernas. Yo soy muy paranoico”, contó Gil.

Fotografía: Armando Díaz.

Durante su entrevista, Gil confesó que en 2019 contrajo sífilis de segundo grado.

“Esa experiencia me marcó. Venezuela estaba en plena crisis. Yo era más chamo y no tenía suficientes ingresos. Recuerdo que tuve que pedirle dinero a amigos y hasta extraños en redes sociales. Por un momento pensaron que tendría VIH porque el VDRL me daba negativo. Resultó ser que los reactivos no eran buenos. Me gasté unos $250 y no me quedaron más ganas de enfermarme. Ahora me protejo y lo hago con más cuidado. El sexo es muy rico, pero el condón siempre tiene que estar”.

Tanto Gil como Alcalá se encuentran entre los 20 años y ninguno tenía conocimiento de que la vacuna estuviese disponible en el país.


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