Aisak Ovalles es un padre que lucha contra todos los prejuicios por una familia diversa

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De acuerdo con Yendri Velásquez, integrante del Observatorio Venezolano de Violencias LGBTIQ+, el no reconocer los derechos de pareja y no garantizar la comaternidad y copaternidad entre personas del mismo género violenta el derecho a formar una familia.

Caracas. Desde muy joven, Aisak siempre quiso ser padre y formar una familia. Ese sueño se le cumplió, pero no por completo. Adoptar, para una persona homosexual en Venezuela, parece ser una responsabilidad incompatible con el concepto de familia. 

Los prejuicios y los estigmas relacionados con las personas lesbianas, gais, bisexuales, transexuales, intersexuales y queer (LGBTIQ+) “ponen en tela de juicio” su capacidad para criar un hijo. 

Aisak Ovalles, a sus 30 años de edad, cría a dos niños y una niña desde hace casi tres años. Actualmente, se encuentra en una lucha legal para obtener la custodia completa de sus hijos, que son adoptados.

A mediados de julio de 2020, el Consejo de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes le quitó la potestad a su madre biológica –pariente cercano a Aisak– por no ofrecerles un trato “negligente”. Los menores de edad casi son adoptados por otra familia sustituta, pero Aisak y su hermana tomaron acción antes de que los hermanos fueran separados. 

Aisak Ovalles | Foto: Manuel Díaz

Sin embargo, en términos legales, Aisak no es el padre. Su hermana tiene, hasta el momento, la patria potestad de los niños por todas las complicaciones que conlleva el proceso de adopción para las personas de la población LGBTIQ+. 

Padre drag 

El arte de las drag queens es una de las pasiones de este padre soltero. Aunque desde adolescente estuvo relacionado con el escenario a través del ballet, el canto y la actuación, no fue hasta 2020 –en plena pandemia de COVID-19–  que el personaje de Aisak, The Queer Queen, tomó mucha más fuerza luego de un trabajo creativo y el impulso de sus amistades.

Aisak Ovalles, The Queer Queen | Foto: Gleybert Asencio

Además de ser artista, también es licenciado en Comunicación Social, egresado de la Universidad Católica Santa Rosa (Ucsar), activista y coordinador de autogestión de la ONG País Plural. 

El artista drag se ve limitado en su deseo de asumir plenamente su paternidad, ya que el Estado venezolano no lo reconoce como “ciudadano” y vulnera su dignidad. Es consciente de que le corresponde una lucha en la que no vale rendirse. 

Los quiero tener a los tres, y no me importa si tengo que dejar de trabajar, dejar a mi carrera como artista a un lado o trabajar en una oficina para darles estabilidad a ellos. Pero qué injusto que yo quiero, y que en cierto modo tengo las posibilidades, no puedo, por el simple hecho de ser marico.

Aisak Ovalles, The Queer Queen | Foto: Gleybert Asencio
Familias diversas 

Manifestó que no existe una instancia formal a la que se pueda acudir, que proteja y escuche a las personas LGBTIQ+ que quieran ejercer la homopaternidad: formar una familia constituida por dos madres o padres del mismo género. Igualmente, resaltó el derecho que tienen los niños de recibir protección. 

Para Aisak, una de las formas en que la sociedad puede ser más inclusiva, es entender que existen distintas realidades y familias diversas. Actualmente, vive con sus hijos, sus padres y hermana. 

Todo nuestro sistema está tan corrompido y tan contaminado por prejuicios y por odios absurdos que se creen con esa moral tan alta, por el hecho de pertenecer a una religión, o porque son personas heterosexuales, dijo. 

Los hijos de Aisak le hicieron un dibujo por el Día del Padre | Foto: Manuel Díaz

De acuerdo con Yendri Velásquez, activista e integrante del Observatorio Venezolano de Violencias LGBTIQ+, el derecho a formar familia en Venezuela se violenta desde el momento en que no se reconocen los derechos de pareja y no se garantiza la comaternidad o copaternidad entre personas del mismo género. Sostuvo que esto obstaculiza el acceso a procesos de adopción o alguna otra forma de tener hijos o hijas.

Además, señaló que las pocas familias LGBTIQ+ venezolanas que han podido acceder a la adopción, lo han hecho a través de la adopción individual, porque no se reconoce ninguna forma de familia y de unión entre parejas del mismo género.

Que adopten dos hombres o dos mujeres no es una forma válida. Entonces, lo que han hecho las parejas es que una de las personas adopta y entonces ese niño, niña o niñe queda reconocido legalmente por uno de los padres o madres, añadió Velásquez.

Derecho de los niños

Por otro lado, el activista precisó que el llamado del Estado venezolano es de garantizar el bien mayor de las infancias, lo cual incluye el derecho a la familia. Incluso pasa que no importa cuál sea la orientación o identidad de género de esa familia. El tema es que cumplan otras condiciones para garantizar el bienestar de las infancias.

El artículo 75 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela señala que los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a vivir, ser criados y criadas y a desarrollarse en el seno de su familia de origen. Igualmente, indica que tienen derecho a una familia sustituta

Por su parte, la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes (Lopnna), establece en su artículo 411 que la adopción individual puede ser solicitada por cualquier persona con capacidad para adoptar, con independencia de su estado civil. Toda adopción debe ser plena

Respecto al sistema de adopción venezolano, Aisak mencionó que está lleno de trabas burocráticas, independientemente de la orientación sexual o identidad de género que tenga una persona con la intención de formar una familia. 

El reto de los propios prejuicios

La hija mayor de Aisak jugaba con sus dos hermanos y entre los juguetes tenía maquillaje. Les pintó el rostro a ambos y luego llegaron hasta donde estaba Aisak, que no sabía que esto estaba pasaba. Su primer impulso fue preguntar por qué los había maquillado, pero no quiso que esto sonara negativo o prejuicioso, así que, en su lugar, tanteó a su hija para saber si los niños eran sus payasos o sus títeres, en el juego.  

En su rol como papá, se dio cuenta de que uno de los retos más grandes es la “deconstrucción” de patrones producidos “por la cultura machista”. 

Creo que lo más difícil es combatir diariamente con tus propios prejuicios, que has heredado de la crianza del sistema en el que nos han obligado a estar.

Ser artista le ha ayudado a romper estos prejucios y, también, a que sus hijos vean que el drag es otro tipo de expresión artística más, que al exigir disciplina, compromiso y pasión, es como cualquier otra profesión. Entonces me ven así como que wow, tengo un papá que es artista

A pesar de todas las dificultades, considera que ser padre es una bendición de Dios y que ha sido lo mejor que le ha podido pasar en su vida. Y no, no me arrepiento. Ahora no me puedo imaginar mi vida sin mis niños. No puedo y no existe.

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