Conductores venezolanos consideran que aumentó xenofobia desde que el transporte público pasa a Cúcuta

xenofobia

El gremio del transporte público rechaza las actuaciones de la policía y taxistas colombianos. Sostienen que no hay equidad para los venezolanos, quienes llevan meses a la espera del libre tránsito hacia el vecino país.

San Cristóbal. A casi 10 meses de haberse restablecido las relaciones diplomáticas con Colombia, el transporte binacional ha sido el sector más golpeado por la desigualdad, ya que persisten las limitaciones para el tránsito de vehículos venezolanos.

Y es que si bien fue establecido un abecé para la circulación de los carros y busetas de ambas naciones, el mismo parece minimizar la labor de los transportistas de Venezuela. Los conductores tachirenses no ven luz verde para trabajar con normalidad tal y como lo están haciendo los carros amarillos de Colombia.

Recientemente se emitió una nueva resolución del Área Metropolitana de Cúcuta (AMC), la cual reza que los taxis y busetas solo podrán pasar por el puente Atanasio Girardot en Tienditas; se limita el paso por el puente internacional Simón Bolívar, en San Antonio, y  Francisco de Paula de Santander, en Ureña.

Para el representante del gremio de taxistas en el eje de frontera, Javier Velazco, cataloga esta acción como xenofobia que busca cercenar el trabajo, pues se redujeron a ocho las rutas para los transportistas.

Nos dijeron que el único centro comercial al que podíamos llegar era el Jardín Plaza, pero obvian otros a los que acude mucha gente. Tampoco podemos llegar al aeropuerto Camilo Daza y las zonas del centro; esto quiere decir que si alguien en Venezuela solicita un servicio para uno de esos sectores, no podemos ir porque está prohibido”, expresó.

Mucho requisito

Dijo que el AMC estipuló una serie de documentos como SOAT, tecnomecánica, entre otros, para poder viajar hacia Norte de Santander. Incluso piden una póliza que no está siendo expedida por las aseguradoras; sin embargo, tras varios encuentros se logró establecer un seguro cuyo costo fue de más de 80 dólares y, de esta manera, tener al día toda la documentación.

Esto pareció no ser suficiente, puesto que a los taxistas les notificaron que no podían circular hacia el municipio de Los Patios, y Villa del Rosario, cuando ambas localidades estaban establecidas en el abecé de la frontera.

“No solo no están impidiendo movernos hacia las zonas que ellos definieron, ahora nos dicen que solo podemos pasar por el Atanasio Girardot, cuando sabemos que los pasos fuertes, es decir, donde hay mayor movilidad de personas son por el puente Simón Bolívar, y Francisco de Paula Santander”, aseveró.

Vehículos colombianos transitan con normalidad en el estado Táchira. Foto: Maryerlin Villanueva
Rechazo al extranjero 

Cansados de las falsas esperanzas, el conductor Jesús Mora lamentó las actuaciones de los entes colombianos. Dijo que se creía que la apertura de la frontera beneficiaría a los trabajadores de ambos países, pero esto no se cumplió.

Detalló que a la fecha solo operan 34 unidades de un total de 52, que corresponden a los municipios fronterizos. Esto obedece a que al momento de hacer la tecnomecánica, no cumplieron con lo establecido, puesto que algunas unidades son viejas, y otras no están en las condiciones para circular en la región fronteriza.

Indicó que algunos transportistas han solicitado ante la Misión Transporte una ayuda para adquirir nuevos vehículos, pero la documentación permanece engavetada. Nadie ha sido llamado para optar a un vehículo con el cual puedan operar para llevar el sustento a sus hogares.

Protestas

El viernes 21 de julio, el transporte de Expresos Bolivarianos y cinco puestos, que cubren la ruta San Cristóbal-Cúcuta, se reactivaron por el puente internacional Atanasio Girardot, cuyo paso abrió a las 8:00 a. m. Horas más tarde, la Policía Metropolitana de Cúcuta comenzó a regresar a los taxistas venezolanos que cruzaban por el puente Simón Bolívar.

Esto generó un descontento en la población y protestaron de manera pacífica para exigir que se levantara la medida, o que los vehículos colombianos estén limitados al igual que los venezolanos.

24 horas después, los conductores colombianos trancaron los muelles del terminal de pasajeros de Cúcuta, con el propósito de impedir la llegada de los carros provenientes desde el estado Táchira.

El  presidente de la línea cinco puestos Quinta República, Jorge Romero, repudió la xenofobia. Sostuvo que estos puntos se autorizaron para cargar y descargar. Llamó a todos los organismos competentes a ponerle fin a este problema para que existan condiciones por igual para los transportistas tanto de Colombia como de Venezuela.


Participa en la conversación