El declive de las industrias en Guayana acabó con los proyectos de trabajadores tras su jubilación

El declive industrial en Guayana acabó con los sueños de jubilaciones

Quienes por años dedicaron su vida a las empresas básicas tenían proyectos de vida para su jubilación. Hoy reciben menos de 10 dólares quincenales y amenazas por protestar.

Puerto Ordaz. Daría Sánchez no olvida aquel 1° de marzo de 2019 cuando fue jubilada por la Corporación Venezolana de Guayana (CVG). Fueron 33 años y cinco meses de servicio que se tradujeron en Bs. 2.100.000. Ese monto equivalía para entonces apenas 300 dólares.

Esos proyectos que soñaba cumplir al jubilarse en una empresa básica de Guayana quedaron frustrados. La jubilación de Daría se dio meses después de firmarse el Memorandum 2792. Con ello se eliminaron decenas de beneficios que establecía la contratación colectiva de la CVG y sus empresas tuteladas.

“Yo siempre tuve en mente invertir en Caripe, que es una zona turística. Quería comprar una casita para convertirla en posada con unas dos habitaciones, y yo misma atenderla y preparar la comida a los huéspedes. Así pensaba terminar mi vejez”, relata.

Sin embargo, esos 300 dólares se redujeron a 200. Daría fue estafada y uno de los billetes de 100 dólares era falso. El resto del dinero se fue en gastos de reparación de una filtración en su vivienda y arreglar los amortiguadores del carro, ni siquiera comprarlos nuevos.

Pensiones de hambre

Hoy, sus ingresos se resumen en Bs. 130 de pensión del IVSS y la mensualidad de la CVG, de la que no tiene un monto exacto porque no entregan listines de pago. La última quincena fue de Bs. 257, poco menos de 10 dólares.

“Todos los meses eso se va en el pago de servicios que todos los meses aumentan las tarifas. Son mis hijos los que me ayudan a sobrevivir. Este socialismo acabó prácticamente con los empleados de las empresas básicas. Con este socialismo lo que tenemos es muerte, hambre y corrupción”, denunció.

Como otros jubilados y pensionados de las empresas básicas, Daría acude con miedo a las protestas en reclamo de sus beneficios.

“Este es un régimen que ataca a quien les lleve la contraria. Cada vez que voy a las protestas me siento amenazada por que se me acerca gente que me ofende y me acusa de estar apoyando a la oposición, que si soy una guarimbera. Yo lo que reclamo son mis derechos que son violados”, sostuvo Daría, quien además es miembro de la Intersectorial de Trabajadores de Guayana, un movimiento cuyos integrantes han sido víctimas de persecuciones políticas por parte de la administración de Nicolás Maduro.

Daría Sánchez soñaba con montar una posada con su jubilación. Hoy recibe amenazas por protestar.
Ser feliz era la meta

Isabel Guerra es jubilada de Venalum desde hace seis años. Es técnico superior en Informática y trabajaba en la Gerencia de Servicios Generales.

Mi meta era ser feliz cuando fuese jubilada después de trabajar 32 años en la empresa. Mi idea era salir con una jubilación justa, placentera y disfrutarla. No es que esté en malas condiciones, pero no tengo una pensión digna que me represente un futuro mejor”, señaló.

Todos los miércoles acude al portón de la CVG. Allí, semanalmente, jubilados y pensionados se concentran a la espera de una respuesta de la directiva.

“Esperando que Dios haga la justicia divina de que nos paguen todo lo que nos deben, para uno seguir adelante y poder ser más feliz. Lo que recibo se me va pagando todos los servicios. Gracias a Dios mis hijos me ayudan y mi esposo está trabajando todavía. Pero ahorita la gente dice: ‘si tengo la edad y los años de servicio para jubilarme digo que no, porque me van a mandar a la calle a pasar hambre y necesidad’”, agregó.

Jubilado sin prestaciones

Con Sidor pasa otro caso particular. A Hipólito Cedeño lo jubilaron en esta empresa en enero de este año. 48 años en planta y 72 años de edad. Como él, jubilaron a otros compañeros al mismo tiempo.

“A esta fecha no hemos cobrado ni medio de las prestaciones sociales. Reclamamos que reviertan esa jubilación porque si dicen que no hay dinero para pagarnos, ¿por qué nos jubilaron? Yo tenía un proyecto de una venta de verduras para mantenerme activo y no puedo hacer eso porque no tengo para invertir”, comentó.

Pablo Millán recuerda que entró a trabajar en Sidor el 4 de agosto de 1967. Apenas recibe una quincena que no pasa de 10 dólares de pensión y tampoco le han cancelado sus prestaciones.

“No hemos cobrado ni nos han dicho cuánto vamos a cobrar. Mis hijos decían: ‘cuando mi papi salga jubilado de Sidor, le van a dar una buena jubilación y le respetarán sus derechos’. Ahorita me da tristeza cuando mis hijos me dicen: ‘trabajaste 55 años y te sacaron como un perro’”, lamentó.

Juan García salió jubilado después de 50 años de servicio en Sidor.

“Entré a trabajar en Sidor a los 18 años, prácticamente saliendo de la escuela. Me gustaba mi trabajo. Lo que no me gustó fue lo que me hicieron. Me jubilaron sin yo firmar nada. Uno decía: ‘voy a trabajar tantos años porque tendré una buena jubilación’, y lo que me pagaron en el mes fueron 330 bolívares. Nos tiran como un trapo viejo en la basura y uno no se merece esto”, denunció.

Son más de 14.000 jubilados de las diferentes empresas básicas los afectados, los que dieron su vida por unas industrias hoy totalmente paralizadas. Han acudido a la Fiscalía General, la Defensoría del Pueblo y los tribunales para reclamar por el respeto al derecho a la vida y la salud. Ningún ente les ha dado respuesta, menos en las empresas básicas.

 

 

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