Vecinos del sector Villa Esperanza, del kilómetro 18 de la carretera Petare-Santa Lucia, dijeron que gastan semanalmente 280 bolívares en pipotes para poder lavar, cocinar y limpiar la casa
Yohana Marra/@yohanamarra
Caracas. Lavar ropa, fregar los corotos y mantener limpiecita la casa es una misión difícil para los vecinos del sector Villa Esperanza del barrio El Winche, ubicado en el kilómetro 18 de la carretera Petare-Santa Lucia. Tienen más dos meses sin agua.
Como sea intentan arreglárselas y compran pipotes de agua semanalmente, dependiendo de los miembros de la familia, que les cuesta entre 70 y 80 bolívares.
Gliseth Villamizar, una abuelita que tiene su casita en la zona del estadio, se las ve negras junto con sus parientes para comprar cada pipote. En su hogar habitan ocho personas, cuatro son sus nietos.
“Todos aportamos un poquitico en la casa para poder comprar pipotes semanalmente y poder resolver el rollo del agua”, comentó en un tono muy bajo.
La señora vende café en un puestico que pone en frente del Mercal de la zona, desde las 6:00 am, y a veces le cuesta cumplir con todas sus cosas porque tiene que encargarse de conseguir agua. Añadió que semanalmente destinan aproximadamente 280 bolívares para llenar los pipotes y eso si a los distribuidores les da la gana de pasar a venderles.
“Aquí siempre ha sido un rollo el problema del agua, tenemos una tubería pero pasa de vez en cuando. Estamos cansados de protestar. Aquí la gente va a trabajar tres veces a la semana es mucho, porque aquí la problemática por todo es triste”, agregó una vecina que escuchaba la declaración de Gliseth, pero no quiso identificarse.
Hay viviendas donde deben comprar más y optan por los tanques (seis pipotes) que cuestan 500 bolívares, cada uno. “A veces mandan cisternas, ellos vienen cuando quieren”, soltó otro habitante.
Aseguraron que el agua que llega a través de las tuberías la mandan en las madrugadas y no pueden abastecer sus tobos porque no se dan cuenta. “Queremos que nos resuelvan este tema, estamos cansados”.
¿Qué pasa?
De acuerdo con Marianella Núñez, directora de la Casa del Pueblo de la Gobernación de Miranda, el lío que tienen en la comunidad con el agua es porque Hidrocapital no manda lo suficiente.
“Tienen dos bombas que surten a esta zona y trabaja una sola a media máquina. Por eso no les llega el agua”, explicó.
El Instituto Municipal autónomo de Aguas y Acueductos de Sucre (IMAS) es el que se encarga de distribuir el líquido a las comunidades, siempre y cuando Hidrocapital se los envíe. “Cuando ellos la mandan como debería ser es que les llega a los vecinos”.
Aclaró que han tenido varias mesas de trabajo con funcionarios de Hidrocapital, les prometen que surtirán debidamente pero después no cumplen.
“No les conviene que hagamos un buen trabajo en el municipio Sucre y por eso pagan los vecinos el mal servicio”, sentenció la directora.
Más males
Por si fuera poco los habitantes de El Winche tienen más dolores de cabeza, como la inseguridad, la vialidad, la basura y el alumbrado.
En 22 años de la señora Gliseth lleva en la zona nunca había sentido tanto temor en las noches, pues como no hay luz en las calles, la oscuridad se presta para que el hampa actúe.
“A las 8:00 pm nos recogemos, así no estemos dormidos nos quedamos dentro de la casa, porque por aquí viene mucha gente desconocida y uno nunca sabe”.
Las vías también necesitan un cariñito. Mary Pinto, otra vecina, pidió a las autoridades que se ocupen de su comunidad porque “pareciera que este lugar no existe”.
Y aunque los habitantes tenían más cosas que denunciar, prefirieron guardárselas, en vista de los comentarios de los demás vecinos de que los iban a borrar de la lista para comprar comida en Mercal. “Por allá están diciendo que eres una sapa y que te van a borrar”, le murmuró una mujer a otra que hablaba con el equipo de Crónica.Uno.
Fotos: Cristian Hernández
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