Hasta tres trabajos tiene el personal universitario en Táchira para sobrevivir a la crisis

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Profesores, empleados, obreros y alumnos que decidieron quedarse en la Universidad Experimental del Táchira y otras casas de estudios superiores ponen su esfuerzo para continuar la formación, a pesar de la falta de recursos.

San Cristóbal. La crisis humanitaria compleja del país no dio tregua a la educación universitaria. En los últimos años producto de los bajos salarios personal docente, administrativo, y obrero se vieron obligados a abandonar las aulas para buscar nuevas oportunidades que les permitieran mejorar la calidad de vida.

El salario no mayor de 10 dólares que podría recibir un profesor no lo hace atractivo para formar a la generación de relevo en Venezuela. Es por ello que la migración de profesionales se incrementó y dejó un vacío en los salones, especialmente los universitarios. El estado Táchira no escapó a esta realidad.

A pesar de ello hubo un grupo de trabajadores que se negó a irse. Decidieron quedarse para buscar la manera de sobrevivir en medio de las carencias que presentan las casas de estudios, pues la falta de presupuesto limita la investigación y mejoras a los espacios usados por los estudiantes.

Un ejemplo de ello es la docente titular jubilada de la Universidad Experimental del Táchira, Josefina Balbo. Con más de 35 años de vida académica, acude al recinto para dar clases debido a la falta de personal. Sostiene que hace más de 20 años su salario era de 2000 dólares mensuales, a la fecha la cifra no supera los 30 dólares mensuales.

Recordó que en aquel tiempo la universidad respondía a sus necesidades, además de formar excelentes ingenieros, quienes alcanzaron altos puestos en empresas en el país, y fuera de él. Sin embargo, desde hace al menos cinco años se ha presentado un declive, que repercutió de forma automática en la matrícula estudiantil.

Anteriormente el registro de universitarios era de 13.000 ahora no supera los 2000. En cuanto a docentes se contaba con más de 1000 hoy día son cerca de 300.

Balbo tiene más de 25 años de vida académica. Foto: Maryerlin Villanueva

“La situación de la universidad es compleja en cuanto a salario y personal. Aún así seguimos cumpliendo con el reto de hacer docencia. Esto requiere un alto costo, debido a que echar gasolina de forma mensual representa 30 dólares, que equivale a nuestro salario. Venir para acá, trasladarnos, estar con la presencia adecuada, con el ánimo y con la motivación para iniciar estos procesos prácticamente ha sido fuerte”, expresó.

Para paliar la crisis el recinto ha optado por vincularse con sectores públicos y privados, a fin de coordinar alianzas que les permitan establecer apoyo logístico y financiero, y ser una universidad “autogestionada”.

Esto le ha permitido obtener recursos para realizar congresos y dar algunas mejoras a sus instalaciones, en las que se incluye la recuperación de las rutas estudiantiles, que no prestaban servicio desde el año 2019.

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La matrícula en las universidades del Táchira no supera los 2000 estudiantes. Foto: Maryerlin Villanueva

Expresó Balbo que si bien se encuentra jubilada optó por volver por la falta de docentes. Espera que su motivación y constancia impulsen las mejoras salariales que tanto demandan, pues cada vez que tiene un padecimiento no cuenta con los recursos para ir a clínica para recibir atención médica.

“Antes contábamos con un servicio de salud que era maravilloso, donde teníamos una cobertura plena. Hoy no tenemos ningún sistema de seguridad social que nos avale. Por eso la condición actual de los jubilados es grave, tanto así que incluso piden para cubrir sus necesidades básicas”, apuntó.

Con autogestión rutas de la ULA y UNET fueron recuperadas. Foto: Maryerlin Villanueva

Neira Ramírez forma parte del personal administrativo de la UNET. Explicó que muchos trabajadores han tenido que buscar otros trabajos adicionales para completar un salario que les permita comprar la canasta alimentaria. Algunos tienen emprendimientos, otros trabajan con inmobiliarias.

“La universidad tuvo que modificar los horarios habituales a medio tiempo, para que las personas puedan cumplir sus otros compromisos. Para nadie es un secreto que nuestro sueldo que son 200 bolívares quincenales son un cartón de huevos, que no alcanzan para nada. Es por ello que exigimos que se nos ajuste lo que ganamos”, aseveró.

Para Ramírez el sueldo solo alcanza para pagar servicios; solo cubre agua, luz y Cantv, “servicios que funcionan a medias. El gobierno lo único que está haciendo es reciclando el dinero porque lo que nos deposita se va en esos pagos”, acotó.

Apuestas

Sebastián Mora es estudiante de Ingeniería. Este joven quiso apostar por su educación universitaria, pues considera que las universidades están “renaciendo”, momento que debe ser aprovechado para formarse académicamente.

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Estudiantes apuestan por los recintos universitarios. Foto: Maryerlin Villanueva

Para mí migrar no fue una opción. Muchos amigos lo hicieron, algunos les fue mal, a otros bien. Aun así decidí quedarme y mi familia me apoya para eso. Yo considero que si todos ponemos un granito de arena podemos hacer que la UNET, la ULA y otras universidades vuelvan hacer lo que fueron alguna vez”, expresó.

Mencionó que la comunidad universitaria dan colaboraciones para ayudar a sus casas de estudios.

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Estudiantes dan colaboración para recuperar espacios de las universidades. Foto: Maryerlin Villanueva

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