El sector manufacturero opera a 31,7 % de su capacidad instalada, aún por debajo de los niveles alcanzados al cierre de 2022. Respecto al año pasado, siete de cada 10 empresas reportan caídas en las ventas y el volumen de producción disminuyó casi 13 %.

Caracas. La producción y las ventas de unidades del sector industrial registraron una caída en el segundo semestre de 2023, consecuencia de los problemas para acceder a financiamiento y el bajo poder adquisitivo de la población, además de la competencia con productos importados o que entraron al país por contrabando.

De acuerdo con los resultados de la última encuesta de coyuntura de la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria), correspondiente al segundo trimestre del año, el volumen de producción cayó 12,7 % respecto al año pasado y 20,3 % en comparación con el segundo semestre de 2022.

Luigi Pisella, presidente de Conindustria, dijo que la caída en la producción de las industrias comenzó a notarse en diciembre, debido a los altos niveles de inflación que reaparecieron tras la breve calma de la primera mitad del año pasado. 

“Tuvimos un problema de flujo de caja, que todos ya conocemos, cuando la inflación Impactó el poder adquisitivo y los niveles de consumo. El índice de volumen de producción se mantuvo en negativo hasta junio, cuando comenzó a desacelerarse, detalló Pisella en una rueda de prensa.

Tras cerrar el año 2022 con casi 40 % de uso de la capacidad instalada, Conindustria reportó una caída a 31,2 % en el primer trimestre de este año y una pequeña recuperación a 31,7 % en el segundo trimestre

El líder gremial, si bien enfatizó que la demanda nacional es la causa principal de la caída en las industrias venezolanas, se debe “avanzar con todos los factores” que inciden en la producción, entre ellos la falta de financiaimento, la competencia con productos importados, el comercio ilícito y los cobros excesivos de tributos fiscales y parafiscales.

En ese sentido, la encuesta coyuntural de Conindustria reveló que 70 % de las empresas consultadas reportó disminuciones en el volumen de ventas de unidades, comparado con el segundo trimestre del año pasado. Por el contrario, 64 % reporta que las ventas aumentaron un poco respecto al primer trimestre de este año.

Una solución al tema del financiamiento

El sector industrial mantiene la proyección de 5000 millones de dólares que necesitaría, en financiamiento, para estimular la inversión en un escenario de recuperación económica. Sin embargo, hasta junio de este año la cartera de créditos actual apenas llega a $1000 millones (e incluye a todos los sectores).

Luigi Pisella señaló que “lo ideal para que una economía funcione bien” sería que la cartera crediticia equivalga a más de 14 % del producto interno bruto (PIB), pero actualmente apenas llega a 1,4 %. El crédito en Venezuela se mantiene fuertemente restringido con un encaje legal de 73 % que impide a la banca prestar la mayor parte de los depósitos que capta.

Ante eso, el gremio de industrias propone que “se permita la intermediación financiera de la banca” para “bancarizar” entre 4000 y 6000 millones de dólares que circulan en el país fuera del sistema financiero, así como aumentar la proporción de depósitos en cuentas en divisas que los bancos pueden prestar (fijado en un máximo de 30 % a principios de año).

A juicio de Pisella, la disyuntiva del financiamiento no se resolverá solamente disminuyendo el encaje legal pues, aún si se baja a 20 %, la cartera de créditos apenas sumaría 500 millones de dólares adicionales y persistiría el déficit de préstamos que demanda el sector privado.

Según la encuesta de Conindustria, apenas 41 % de las empresas consultadas obtienen préstamos de la banca nacional y otro 11 % lo hace con bancos del exterior. Casi la mitad de las industrias depende de financiamiento propio para operar.

Igualdad de condiciones para lo importado

El presidente de Conindustria reconoció que “todavía entran productos con beneficios arancelarios que compiten de manera desleal con la producción nacional”, pero que en los últimos meses han trabajado con el Gobierno para reducir esas brechas, cambios que se notarán en el segundo semestre de este año.

Puso como ejemplo la medida oficial de exigir pago de impuestos y tarifas los envíos marítimos o “puerta a puerta” mayores a 100 dólares, tomada a mediados de julio. 

Cerca de 30% de las importaciones que hace el país se generan por ‘puerta a puerta’. Estos productos no pagaban tributos porque se concibió, originalmente, para importaciones de consumo personal. Esto se está normando y permitirá generar más ingresos al Estado y hacernos más competitivos (a los industriales), dijo Luigi Pisella.

El empresario también hizo mención al problema del comercio ilícito o contrabando, que según la encuesta de Conindustria afecta a casi 60 % de las industrias (en el primer trimestre de este año era 19 %). 

En muchos de los casos son productos más económicos porque carecen de lo que estamos hablando acá (impuestos, registros y otras obligaciones). Y evidentemente, al no pagar, afecta a la producción nacional, pero estamos avanzando en esa materia con el Gobierno para disminuirlo, dijo.

Pisella reiteró que el segundo semestre del año el sector espera mejoras en sus niveles de producción y productividad, cuando se sientan los efectos de la Ley de Armonización Tributaria, las restricciones a los envíos puerta a puerta y otro ligero aumento del financiamiento.

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