La Casa de la Cultura de Barinas reabrió sus puertas tras 11 años cerrada

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La actual directora de la Casa de la Cultura de Barinas, Ana Cecilia Fadul, logró insuflar el ánimo para su rescate. La investigadora Marinela Araque se pregunta dónde están los 138 millones invertidos en su presunta rehabilitación durante el mandato chavista en Barinas. La embajada de Francia ha colaborado en este proceso de rescate.

Barinas. Silencio, hermetismo, oscuridad. Durante 11 años la Casa de la Cultura del estado Barinas, “Napoleón Sebastián Arteaga”, permaneció cerrada para el pueblo. Transcurridos ese largo periplo en el tiempo, cuando las puertas se abrieron, el caos estaba a la vista.

Rescatarla y abrirla al público que soñaba con sus espacios, con sus salas, requería más que tiempo y dinero: compromiso, amor y ganas.

El llamado por parte de la actual directora de Cultura del estado Barinas, Ana Cecilia Fadul, no se hizo esperar. La gente reaccionó, hasta allí llegaron a limpiar y a apoyar.

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Ana Cecilia Fadul, directora de Cultura de Barinas, afirma que el trabajo de la gestión anterior se perdió. Foto: Briceida Moreno.

Fadul ha estado ligada al mundo de la cultura desde niña, viene de familia como ella misma lo describe que: “Amó cada rincón de esta casa y todas las áreas del quehacer cultural”, por ello, es que asumió este reto con mucho ánimo y entusiasmo.

Asumí el 13 de enero y el 14 ya estaba en esta casa. Estuvo cerrada, inhabilitada, sufrió robos, pienso que hubo falta de amor y voluntad. Hemos hecho un trabajo exhaustivo desde el 19 de febrero cuando se convocó a la comunidad barinesa a apoyar el proceso de limpieza”.

En paralelo, la empresa contratada ejecuta los trabajos de rehabilitación de todos los espacios, electricidad, limpieza, restauración de las maderas que datan de 1800.

“El trabajo de la gestión anterior se perdió”, dice la entrevistada, que asumió esta gestión con el actual gobernador Sergio Garrido y Julio César Reyes, secretario general de gobierno.

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La comunidad barinense apoyó en el rescate de la Casa de la Cultura tras 11 años cerrada. Foto: Briceida Moreno.

¡En dos meses!

Los espacios del teatro ubicado en la parte interna de la Casa de la Cultura también se encontraban en franco deterioro. Fadul la recuerda como una sala preciosa, con un sonido espectacular, de iluminación y escenario de primer orden.

La Embajada de Francia en Venezuela se ha sumado con mucho ánimo en este proceso de rescate. El propio embajador, Romain Nadal, estuvo en su inauguración, el pasado 4 de abril. Aparte de ello, les envió una exposición de pinturas de arte impresionista que estarán exhibidas durante todo el mes.

Queremos hacerle una propuesta de cooperación para el rescate de este teatro”.

Todo esto ha sido posible en dos meses. Ahora, deben hacer los trámites para desalojar las instalaciones donde funcionan en este momento, la Casa de Celeste Tapia, a punto de desplomarse, según las propias evaluaciones de Protección Civil, para mudarse a la Casa de la Cultura.

La programación para dar comienzo a este nuevo ciclo de actividades luego de largos 11 años cerrado, es exhaustivo. Se inicia con los Jueves Culturales y Café con Letras, entre otras. Esto incluye a su vez, incorporar a todos los amantes de la cultura. Todos esos hombres y mujeres que requerían de este espacio de siempre.

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Los barinenses cuentan ahora con un espacio cuya programación ofrece Jueves Culturales y Café con Letras.  Foto: Briceida Moreno.

 “Aquí no hay colores políticos, solo el tricolor patrio. Tenemos el deseo de hacer muchas cosas”.

Este movimiento que ha nacido o que ha resurgido desde las cenizas incorpora a los municipios del estado Barinas. Varias casas abandonadas están siendo restauradas, como la de Calderas, ahora de la mano de José Francisco Bastidas, que está haciendo un trabajo extraordinario. O la Casa de la Cultura en el municipio Arismendi, siempre tan olvidado y en silencio.

De calabozo a espacio para el arte

Recrear con palabras es parte de la experiencia de Alberto Pérez Larrarte, cronista del estado Barinas. Quién mejor que él para exponer lo que lo estaba pasando con las manifestaciones culturales en nuestra entidad.

Una institución tan importante para el país que estaba casi en el foso, tenía una dualidad de funciones al momento de ser construida fue Cabildo y cárcel pública”.

Él también reconoce el trabajo realizado por Fadul. “Abrirla después de 11 años dice mucho en lo que ha hecho en pro de la cultura barinesa”.

Pérez Larrarte agrega: “La Casa de la Cultura fue cambiando las celdas por espacios para el arte y la educación. Los carceleros fueron cambiados por artistas, bailarines y cultores que hacen vida en Barinas, esa es una labor importante. Esto nos ha marcado y nos da un claro ejemplo de cómo se habían manejado las cosas, nos llama a la reflexión a todos los barineses”.

Un valor histórico para los barineses

Marinela Araque, especialista en turismo sustentable y patrimonio cultural y, además, docente e investigadora, explica a través de su verbo rápido el valor de esa historia.

Las gestiones pasadas no reconocieron el valor de esta casa como un ícono patrimonial. “Hay pocos íconos coloniales, solo tenemos inmuebles republicanos”.

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La Casa de la Cultura funcionó como Cabildo y cárcel pero con el tiempo fue cambiando las celdas por el arte. Foto: Briceida Moreno.

El nombre Napoleón Sebastián Arteaga nace desde la época del Rey Carlos III quien erigió la provincia de Barinas.

Me imagino que sería una casa con sus pequeños cuartos que servían de calabozos”.

Pero fue Fernando Miyares, gobernador de Barinas en el período 1776- 1784, que terminó el edificio y aumentó su extensión. Luego la obra sería concluida por su sucesor, Miguel de Ungaro y Dusmet, 1798-1808, quien colocaría celdas más amplias en la parte alta del edificio. Allí estuvieron presos algunos héroes venezolanos, hay placas de la época que dan cuenta de ello.

En esa misma época sirvió como especie de Cabildo de Justicia y Regimiento de la ciudad, entre otros usos.

Durante la Guerra de Independencia continuó siendo prisión real o cárcel pública y escenario de diversos acontecimientos que marcaron la vida pueblerina de la ciudad de Barinas.

“Allí estuvieron presos barineses y soldados patriotas porque desobedecieron al poder español que querían instalar una república. Entre ellos un grupo de 19 barineses acusados de causar una insurrección que luego fueron pasados por las armas, incluyendo a José Briceño, alcalde de la ciudad”.

De igual manera, el coronel Antonio Nicolás Briceño conocido como “El Diablo”, fusilado en la antigua plaza Dolores, muy cerca de la oficina de identificación.

José Antonio Páez estuvo preso en sus celdas. “En una de las puertas principales se ve el machetazo dado para liberar a 115 presos que iban a morir fusilados en brazos de los españoles”.

En la Casa de la Cultura se encuentra solo una puerta, la otra fue llevada al Museo Municipal de Barinas.

Ojalá pudiéramos reunirlas ambas, para poder completar el mobiliario de la cárcel. No puede ser que esa puerta esté en otro museo. Sería un homenaje a la lucha que dio Páez, el que puedan exhibirse como en el pasado”.

Los gobernantes del presente tienen una deuda moral

Para Araque los gobernantes de aquella época hicieron más por esta casa que los actuales.

Miguel María Pumar, 1838-1840, ordenó el ornato del edificio y complementó con más puertas y ventanas para darle más claridad a los espacios. El coronel Agustín Codazzi, 1846-1848, asumió la reparación de los corredores de la parte inferior y superior, así como de las celdas.

Un rasgo importante de esta casa, es su campanario, que lleva la huella de acontecimientos del pasado histórico como la Guerra de Independencia y la Guerra Federal. El mismo fue realizado por el gobernador Napoleón Sebastián Arteaga.

Durante el gobierno de José Vicente Rangel 1932-1935, la garita ubicada en la parte inferior izquierda fue suspendida a una altura de tres metros. En 1968 consideraron que no tenía ningún valor histórico y que no guardaba relación con el contexto del edificio. Pero sería con el doctor José Antonio Henrique Andueza, que destinó la casa para un uso cultural y el gobernador Edgar Sanz, que le asignó el nombre con el que la conocemos.

La intervención más drástica y 138 millones de bolívares

“Creo que la intervención más drástica y triste de la historia cultural fue durante el gobierno chavista y te lo digo con conocimiento de causa como defensora de los derechos culturales, como promotora cultural”.

Recuerda su lucha constante para que esta casa se abriera, buscando ¿cuál era el proyecto de intervención? “Pero las puertas nos la cerraban. No se sabía lo que estaban haciendo adentro, solo que pintaron la fachada de color amarillo, quitándole de una sola tajada el color blanco original con el que se conoce las casas de Barinas. Acuérdate, la ciudad de las mansiones blancas como lo dijo José León Tapia, en su libro de historia”.

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El embajador de Francia, Romain Nadal, les envió una exposición de pinturas de arte impresionista que estarán exhibidas durante todo abril. Foto: Briceida Moreno.

La docente e investigadora se pregunta: ¿Dónde está la inversión de 138 millones de bolívares de la que habló en el entonces secretario de Infraestructura y Ordenamiento Territorial, Vinci Bonetto?

No sabemos cómo se ejecutó. Solo vimos el color amarillo y cómo desde el 2011 empezaron a intervenir la obra. No sé a dónde fueron a parar los bienes del inmueble. Es un atraso de casi 11 años sin que se hicieran actividades culturales, nos trancaban las puertas cuando queríamos hacer contraloría social”.

En el pasado, le pidieron explicaciones al gobernador, Argenis Chávez, en su momento, al Instituto Autónomo de Cultura del estado Barinas, a la gerencia de Patrimonio Cultural. ¿Por qué estaba cerrada tanto tiempo la Casa de la Cultura? “Los proyectos se deben socializar para saber dónde están las fallas”.

Araque añade: “Para ellos los vestigios coloniales no tienen ningún valor, ellos hablan del anticolonialismo, pero, ¿cómo podemos negar la fusión española, africana, indígena si somos parte de ello. A veces nos aferramos a ideologías perversas que dañan la cultura del alma de un pueblo, porque la cultura es el alma de un pueblo”.

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