El Sistema de las Naciones Unidas formuló el Plan Intersectorial de Preparación y Atención del COVID-19, que tiene un requerimiento de $61 millones. Este programa prioriza, en una primera fase, el fortalecimiento de la capacidad de respuesta en 16 hospitales, ubicados en Caracas y nueve estados.

Caracas. Las cadenas de radio y televisión del gobierno de Nicolás Maduro son un remolino de declaraciones. Maduro siempre dice que está adelante en materia de COVID-19, que aplicó la cuarentena primero que nadie, que los otros países de la región hacen menos pruebas que Venezuela…

En medio de todo lo que dice, unas veces a gritos, otras veces con voz pausada, no cuenta que desde el exterior hay planes para ayudar al país, a menos que provengan de China y Cuba. 

Ha dicho Maduro que, en el marco de la cuarentena, la población está protegida a través de carnet de la Patria, donde 19 millones de venezolanos reciben bonos y beneficios de las misiones. También ha señalado que hizo una encuesta profunda elaborada junto con la OMS y que lograron ubicar un poco más de 150.000 casos sospechosos. 

Pero entre sus declaraciones ha dejado por fuera un programa que se hizo público el pasado 25 de marzo, cuando el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, con los jefes de la OMS, Unicef y OCHA, lanzó un Plan de Respuesta Humanitaria Global, que incluye a Venezuela y tiene un requerimiento financiero de $2000 millones, este servirá para luchar contra el coronavirus COVID-19 en los países más vulnerables del mundo. 

Ese plan consiste en: 

  1. Entrega de equipos de laboratorio necesarios para analizar el virus y suministros médicos para tratar a las personas.
  2. Instalación de puestos de lavado de manos en los campamentos y asentamientos.
  3. Lanzamiento de campañas de información pública sobre cómo protegerse a sí mismo y a los demás del virus.
  4. Establecimiento de puentes aéreos y centros de distribución en África, Asia y América Latina para trasladar a los trabajadores y suministros humanitarios a los lugares donde más se necesitan.
Y hay más

Eso en el ámbito global, pero en el local —es decir, específicamente para Venezuela el Sistema de las Naciones Unidas ha formulado el Plan Intersectorial de Preparación y Atención del COVID-19, que tiene un requerimiento de $61 millones y asegura un enfoque en las acciones prioritarias, especialmente para programas críticos con énfasis en salud, agua, saneamiento e higiene, y una campaña de comunicación masiva. 

Este programa prioriza, en una primera fase, el fortalecimiento de la capacidad de respuesta en 16 hospitales, ubicados en Caracas y nueve estados (Anzoátegui, Apure, Bolívar, Falcón, La Guaira, Lara, Miranda, Táchira y Zulia) en los que también se realizarán las intervenciones de acceso a agua, saneamiento e higiene en comunidades más vulnerables. 

Esa selección responde a criterios de mayor densidad de población, mayor número de casos reportados, mayor riesgo de exposición y zonas con una capacidad operativa inmediata de las organizaciones humanitarias. 

El hecho de que el mandatario dé esas informaciones en cadenas de radio y televisión crea además una incidencia comunicacional en la población, en los gremios y en las organizaciones no gubernamentales con trabajo en materia asistencial, pues permite hacer contraloría, de acuerdo con el artículo 62 de la Constitución Nacional: “Todos los ciudadanos y ciudadanas tienen el derecho de participar libremente en los asuntos públicos, directamente o por medio de sus representantes elegidos o elegidas”.

Expertos han sostenido que es necesaria la transparencia en medio de la pandemia. Es urgente que se publiquen los anuarios epidemiológicos, pero también que se informe en cadenas de radio y televisión de las inversiones, tanto las que competen a los dineros del Estado como a los aportes que entran al país por concepto de ayuda humanitaria.

Por ejemplo, es útil saber hacia dónde se destinaron las 90 toneladas de insumos que entraron al país el pasado 8 de abril, como parte de la respuesta de las Naciones Unidas contra la COVID-19 en Venezuela. Unos 28.000 equipos de protección personal para los trabajadores sanitarios de primera línea, concentradores de oxígeno, camas pediátricas, productos para el control de la calidad del agua y kits de higiene, entre otros. 

De manera extraoficial, se conoció que estos insumos van directamente a las direcciones de hospitales, donde se mezclan con otras dotaciones.

Sin embargo, una rendición de cuentas de estos aportes no le haría daño al país, así como cuando Maduro dice que tienen casi 24.000 camas preparadas y su vicepresidente Jorge Rodríguez sostiene que se han aplicado 320.200 pruebas rápidas, 5969 pruebas PCR, para un total de 336.169; lo que implica —según él— 11.206 pruebas por millón de habitantes. 

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