De acuerdo con el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa), la mala salud e higiene durante la menstruación debilita los derechos fundamentales, incluso el derecho a trabajar e ir a la escuela.

Caracas. Para Alejandra* los días de período menstrual son sinónimo de faltar a clases. El dolor de vientre, que calma con algunos analgésicos no son el motivo principal. La razón, más allá del dolor, es la falta de agua en el liceo.

Yo me tomo unas pastillas y la verdad es que eso me calma, pero el rollo es que en el liceo no hay agua y me da pena ensuciar el baño. Sabes que después dicen que somos cochinas por dejar el baño sucio. Así que los días que tengo la menstruación simplemente falto a clase, cuenta.

Añade que el pipote de agua, dispuesto para que las estudiantes bajen las pocetas, no siempre está lleno.

Más allá de si hay agua o no, la estructura física de algunas escuelas no está preparada para las niñas, maestras y el resto del personal que menstrúa. Muchos baños no tienen puertas, pocetas, ni lavamanos para llevar a cabo el proceso de higiene, explica Mharyha Morales. Ella, a través de su proyecto educativo Rojita es mi Luna, enseña a niñas y adolescentes, entre seis y 14 años sobre educación menstrual en comunidades de los estados Lara, Barinas y Distrito Capital.

Algunas instituciones educativas no tienen baños adecuados para el uso de sus estudiantes. Foto referencial: Lucía Fernanda Ramírez

Asegura que las niñas y adolescentes tienden a faltar a clases los primeros días de su menstruación. En otros casos, todo lo que esta dure, lo que genera condiciones de desigualdad frente a los niños, quienes asisten más días a clases.

De acuerdo con el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa), la mala salud e higiene menstrual debilita los derechos fundamentales, incluso el derecho a trabajar e ir a la escuela.

Del mismo modo, agudiza las desigualdades sociales y económicas. Los recursos insuficientes para el manejo de la menstruación, así como los patrones de exclusión y vergüenza, socavan la dignidad humana. La desigualdad de género, la pobreza extrema, las crisis humanitarias y las tradiciones dañinas pueden amplificar la privación y el estigma, apunta Unfpa en publicaciones de su portal web.

Uno de los temores de las niñas y adolescentes es ser objeto de burla si se manchan con sangre. Foto referencial: Lucía Fernanda Ramírez
Espacios adecuados

Manchar la ropa con sangre y ser objeto de burlas ante sus compañeros es uno de los mayores temores que las niñas manifiestan en los talleres.

El mayor temor es que su ropa se llene de sangre y ahí entra el componente de educación frente a la pobreza. A lo que le tienen miedo es a pasar vergüenza. Esto también genera condiciones de desigualdad, manifiesta Morales. Añade que a través de la educación deben eliminarse los tabúes en torno a la menstruación y evitar el ausentismo escolar por ello.

Insta a que, así como hay baños acondicionados para personas con movilidad reducida, o algún tipo de discapacidad, existan baños con lavamanos dentro de los cubículos para uso de quienes tienen la menstruación.

Mharyha Morales insiste en la importancia de normalizar procesos naturales como la menstruación. Foto referencial cortesía: Mharyha Morales

Como ejemplo, Morales señala a las mujeres y adolescentes que usan copa menstrual y que necesitan descargar (botar la sangre), o limpiarla.

Uno no va a salir con los pantalones abajo y su copa en la mano para limpiarla afuera. Es enredado.

De igual forma, explica que los colegios deberían tener fomenteras, analgésicos, infusiones y kits menstruales para quienes no tengan sus productos a la mano. El propósito es garantizar la permanencia de las niñas, adolescentes y docentes en sus días de período menstrual.

Pobreza menstrual

En una nota anterior de Crónica.Uno, Jany Joplin González, abogada y miembro del equipo de género del Centro de Justicia y Paz (Cepaz), explicó que ocho de cada 10 mujeres venezolanas sufren de pobreza menstrual, no tienen dinero para comprar productos de higiene femenina y las condiciones socioeconómicas de vida no son adecuadas.

Morales sostiene que las docentes y mujeres del personal que labora en las instituciones educativas se ausentan los días de período menstrual porque no tienen suficientes productos de higiene, como toallas sanitarias, o no los pueden costear.

En algunas farmacias, un paquete de toallas sanitarias de 10 unidades, tiene un costo mínimo de 60 bolívares.

menstruación
Cepaz asegura que ocho de cada 10 venezolanas sufren de pobreza menstrual. Foto referencial: Lucía Fernanda Ramírez

Para evitar riesgos de salud, las niñas, adolescentes y mujeres deben cambiar sus toallas o tampones mínimo tres veces al día cuando están en sus días menstruales. Llevar un correcto proceso de higiene, implica gastar casi la totalidad del salario mínimo fijado desde marzo de 2022 en 130 bolívares.

En un informe publicado en 2023, la ONG Acción Solidaria aseguró que una de cada cuatro mujeres no cuenta con productos de higiene menstrual en su hogar, por lo que deben recurrir a otras opciones improvisadas. En muchos casos, porque prefieren sacrificar la compra de productos de higiene menstrual por otros rubros como la alimentación.

De eso no se habla

La menstruación, pese a ser parte de un proceso biológico natural, es tratada como un tabú. Lo que trae como consecuencia que desde su llegada, las niñas y adolescentes la consideren como algo vergonzoso de lo que no se habla.

Nelmary Hernández, gerente de programas de la Asociación Civil de Planificación Familiar (Plafam), dice que en el ámbito educativo, las mismas maestras lo tratan como un misterio.

No se habla y no se explica que es algo natural, que es parte del cuerpo, que debería hablarse debido a que no tiene nada de malo y que por el contrario, es algo positivo. Tiende a ser una etapa basada en estigmas porque no se da la información, explica.

En muchos centros educativos, temas relacionados con la educación sexual no son parte obligatoria en el pensum, por lo que se dictan únicamente a través de breves exposiciones o talleres.

Cabe destacar que el derecho a la información y educación de acuerdo con el desarrollo en salud sexual y reproductiva está contemplado en el artículo 50 de la Ley Orgánica para la Protección del Niño, Niña y Adolescente (Lopnna).

(*) Se modificaron los nombres por medidas de protección a la fuente.

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