Tramuco es un proyecto liderado por mujeres en colaboración con la organización no gubernamental Tinta Violeta y la Unión Europea. Las beneficiarias presentaron la primera fase del proyecto en el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer.

Caracas. La gestión de residuos sólidos es el camino que un grupo de 52 mujeres, de comunidades vulnerables de Caracas, convirtió en un proyecto con el fin de lograr un sustento económico y calidad de vida para ellas.

Tramuco –acrónimo de transformación, mujer y comunidad–, es el nombre de la iniciativa, que tiene como finalidad convertir residuos plásticos en madera plástica con la que puedan generar un ingreso fijo.

En total, participan dos mujeres de siete parroquias del Distrito Capital: Coche, El Valle, Altagracia, Sucre, Antímano, San Agustín y La Vega.

Tramuco es gestionado por mujeres en conjunto con la organización no gubernamental (ONG), Tinta Violeta y la Unión Europea (UE), quienes presentaron la primera fase del proyecto en el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo.

Tramuco es gestionado por mujeres con la ONG Tinta Violeta y la Unión Europea (UE). | Foto: Unión Europea
La planta

Tramuco comenzó con la formación vecinal sobre gestión de residuos, es decir, cómo clasificarlos y dónde entregarlos. Luego los procesan en una planta de reciclaje, que va a transformar los residuos en madera plástica, para después distribuirlos y venderlos.

La fase final será la creación de una cooperativa ambiental gestionada solo por mujeres.

La planta aún no es una realidad. Por ahora, el proyecto ha puesto bases de la cooperativa y busca un lugar en donde instalarla.

Hemos estado trabajando en la formación y concientización de nuestros vecinos para la clasificación de residuos sólidos. En las reuniones que hemos tenido en cada parroquia se han puesto a la disposición aunque no tengan conocimiento, comentó Luz Daza, presidenta de Tramuco.

La fase final de Tramuco será la creación de una cooperativa ambiental gestionada por mujeres.| Foto: Tramuco
La historia de Luz

Dentro de Tramuco cada mujer tiene una historia inspiradora. Luz tiene el cabello corto, negro y con algunas canas, usa lentes y es delgada. Tiene 59 años de edad.

Luz lleva puesta una franela con el logo del proyecto y en la mano un vaso plástico con café.

Cuando comienza a hablar sobre Tramuco se le hace inevitable mencionar cómo fue su vida antes de llegar a este proyecto que se convirtió en una de sus metas.

Soportó más de 20 años de violencia de su pareja. El dinero que ganaba con la venta de postres y manualidades no era suficiente para lograr la independencia económica que tanto anhelaba junto a sus dos hijos.

La casa donde vivía Luz, en la parroquia La Vega, con su familia era alquilada y su pareja pagaba el alquiler. Luz sentía que no tenía a donde ir.

La ayuda le llegó a través de una vecina que le habló sobre Tinta Violeta y le dijo que allí se ofrecía ayuda psicológica a sobrevivientes de violencia de género.

Mujeres
Foto: Tairy Gamboa

736 millones de mujeres —casi una de cada tres—, han sido víctimas de violencia física y/o sexual al menos una vez en su vida, según información de la ONU. Venezuela no escapa de esta realidad, aunque no haya datos oficiales.

En el noveno informe periódico del Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer, publicado el 31 de mayo de 2023, expresan su preocupación sobre la situación de violencia contra las mujeres en Venezuela.

Una salida a la violencia

Luz no dudó en recibir la ayuda y desde ese momento su vida empezó a tener cambios, encontró una salida a la violencia. Al poco tiempo comenzó terapia y empezó a estudiar. Primero fue el bachillerato y luego la Enfermería y así poco a poco hasta liberarse de su opresor.

Desde ese momento, se involucró en la defensa de los derechos de la mujer y empezó a trabajar en conjunto con Tinta Violeta desde la Casa de la Mujer Petra Barreto, en La Vega.

En La Vega hace falta más atención psicológica y asesoría legal para las mujeres. Cuando estás dentro de esa situación no te llega asesoría legal ni apoyo psicológico, o simplemente uno no recuerda que eso existe y uno se queda por los hijos, la casa, y muchas otras excusas. Cuando me tocó a mí, no supe cómo manejarlo.

Involucrarse en proyectos como Tramuco le dio herramientas a Luz para ser libre, libre económicamente, de pensamientos y sentimientos. También para fortalecer su autoestima y su carácter.

Tinta Violeta y la Unión Europea

Ginette Ángulo, asesora de cooperación de la UE, explicó que una de las prioridades de la UE es el tema ambiental. Una de las fallas que identificaron junto con las organizaciones aliadas es el problema de la clasificación de los residuos sólidos en Distrito Capital,

Es preocupante ya que eso genera contaminación ambiental, no sólo para lo que respiramos sino también para lo que consumimos, dijo Ángulo, quien añadió que una de las prioridades de este proyecto era ejecutarlo en comunidades vulnerables.

Por su parte, Daniella Inojosa, coordinadora general de Tinta Violeta, contó que la partición de la organización estuvo enfocada en la localización de las mujeres y de gestionar su formación en administración de cooperativas, cadena de valor, manejo de ganancias entre otros.

Al final este proyecto es de ellas, finalizó Inojosa.

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