La asociación civil ya ha sembrado más de 400 árboles autóctonos y se plantea bajar cuatro grados de temperatura en Maracaibo para el 2025 con la siembra de más de 250.000 árboles.
Maracaibo. Una investigación de la médico pediatra María Rosario Rossell sobre la incidencia del ambiente en la salud, dio pie a la creación de Una Arboleda para Maracaibo, una asociación civil sin fines de lucro que busca aumentar el índice de arborización en la capital zuliana y posicionarla como una ciudad verde.
En mi investigación encontré grandes sorpresas, entre ellas que las enfermedades que sufre el marabino como hipertensión arterial, diabetes, obesidad, infartos y accidentes cerebrovasculares, están todos relacionados con el ambiente donde viven, de ahí nuestra iniciativa”, dijo la coordinadora del posgrado de Puericultura y Pediatría de la Universidad del Zulia en el Hospital Universitario de Maracaibo.
Maracaibo, la segunda ciudad más poblada de Venezuela, solo cubre 2 % de área verde por habitante. La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que todas las ciudades y pueblos deben tener un área mínima de nueve metros cuadrados de áreas verdes por habitante. Pero en América Latina esta proporción es de 3,5 m2 por habitante.
Rossell refiere que Maracaibo es una ciudad inhóspita y esto ocasiona serios problemas a la salud, incluso aumenta los niveles de estrés que se convierten muchas veces en reacciones violentas o criminales.
“Por eso hoy en día, a nivel internacional, existen hospitales y escuelas verdes, porque se ha demostrado que los pacientes se recuperan más rápido en este tipo de ambientes. En el caso de las escuelas, mejora la parte emotiva, los niños son más inteligentes y se enferman menos. Venezuela tiene un retraso de 20 años”, explicó.
Afortunadamente para la ciudad cada vez son más los profesores, expertos, empresarios, universidades y civiles que se unen a esta iniciativa. Ya suma más de 80 voluntarios con un total de 400 árboles autóctonos sembrados en plazas y corredores viales de la ciudad.
El primer paso, los semilleros
Basados en la premisa de sólo sembrar árboles autóctonos como cují, almendrón, apamate, samán, yajure, uva playera, araguaney, cocotales, entre otras especies, surgió una dificultad: la falta de semilleros.
Esta fue la primera campaña de la asociación y lograron reactivar el jardín de la Facultad de Agronomía de LUZ, después de ocho años, y un semillero más en el Jardín Botánico.
Lo primero fue establecer los semilleros. Hicimos varios talleres de recolección en el Jardín Botánico, en la ciudad universitaria y con eso iniciamos los semilleros. Actualmente, tenemos estos dos y dos más parroquiales”, dijo.
Ahora bien, la idea es lograr que en cada una de las 18 parroquias de la ciudad se conformen cinco semilleros con una media de producción de 200 a 300 árboles autóctonos. Con esta cantidad se lograría cubrir una buena parte de la meta que tiene Una Arboleda para Maracaibo que es cerrar el año 2025 con 250.000 árboles sembrados en la ciudad. Además de los aportes privados.
Trabajo y el compromiso
“Si no hay agua y compromiso, no sembramos”, enfatizó la doctora, en referencia a que una vez que se siembran los arbolitos, las comunidades cercanas son las responsables de mantenerlos con vida hasta que crezcan. Incluso, hay zonas donde Una Arboleda para Maracaibo ha recuperado árboles del comején con poda terapéutica y mucho amor.
Hasta ahora han intervenido varias zonas como los alrededores de la iglesia El Carmen, plaza Creole, el elevado de la Facultad de Humanidades y la avenida Universidad desde Grano de Oro hasta la avenida La Limpia. El plan es seguir la arborización hasta la avenida El Milagro.
“En la avenida Universidad hicimos alianzas importantes, entre ellos un grupo de ciclistas y ambientalistas. Este sábado tenemos una cayapa porque es importante mantener el riego. Como son autóctonos necesitan menos cuidados, pero al inicio necesitan riego y mantenimiento. Son más de 200 árboles en esa zona”, explicó.
Sembrar con responsabilidad
La idiosincrasia del marabino es cada vez menos amigable con el ambiente. En el caso de los árboles, la poda ya no es un acto responsable, sino tala indiscriminada marcada por mitos, que sin duda y según Rossell, hay que tumbar.
Cada zona de Maracaibo tiene su tipo de árbol y eso también es importante tomarlo en cuenta. No se puede sembrar un samán en una calle, por eso nosotros tenemos una guía hecha por expertos, para saber qué tipo de árbol se puede sembrar en calles, avenidas, islotes, circunvalaciones, parques y jardines. Dentro de los árboles autóctonos hay un listado inmenso que son perfectamente adaptables”, refirió.
“Nosotros necesitamos árboles de copa alta y vemos, por ejemplo, en los hoteles una jardinería tipo plato, no los dejan crecer. Las personas dicen que las hojas ensucian mucho sus patios, pero no saben que eso es nutriente con el que pueden hacer compost (abono). Que las raíces rompen las tuberías o levantan el piso, eso se puede evitar con una plantación adecuada en términos de profundidad o pueden escarbar esa raíz, serruchar y anidar con arena”, recalcó.
Más árboles, menos calor
Todo este plan apunta a lograr bajar cuatro grados de temperatura en la ciudad, que es conocida como la más calurosa de Venezuela.
La OMS recomienda una media de un árbol por cada tres habitantes, en el caso de Maracaibo la asociación civil trabaja para que cada habitante tenga dos o tres árboles. Este es un proyecto a largo plazo, pero están seguros de que si todos suman, se puede lograr un ambiente más fresco y libre de toxinas.
Actualmente, ya están en proceso de crecimiento 150 árboles en el jardín de la Facultad de Agronomía, 200 más en el Jardín Botánico y 300 en los dos viveros parroquiales.
Estamos en la fase de crecimiento porque los árboles deben alcanzar entre un metro y un metro y medio para plantarlos. Además, algunos viveros están colaborando con nosotros gracias a la donación de semillas que gente particular y la Universidad Rafael Belloso Chacín nos han hecho”.
Hace falta gente
La doctora insiste en que es vital que la ciudadanía se integre a este tipo de iniciativas, por eso invita a los marabinos a conocer el proyecto y participar con entusiasmo desde sus comunidades.
No solo necesitamos bajar la temperatura, también embellecer la ciudad porque en la medida que sea una ciudad más verde, será accesible, saludable e incluso, más turística”, dijo.
Una Arboleda para Maracaibo tiene como prioridad la educación y por eso ya han adelantado charlas en escuelas para enseñarles a los niños sobre cómo sembrar y los tipos de árboles propios del estado.
En esa misma línea, su presidenta adelantó que tienen todo listo para iniciar el concurso Escuela Verde, donde los planteles de la ciudad competirán este nuevo año escolar por transformar sus escuelas en espacios más verdes, agradables y sanos.
A la par, continuarán con la ubicación de los semilleros parroquiales y la siembra de los árboles que ya tienen dispuestos. Esta semana se plantarán 45 cujíes en la avenida Guajira.
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