El costo de las especies marinas resulta casi inalcanzable para los ingresos familiares. Muchos cuestionan los precios que exhiben las neveras del muelle pesquero de La Guaira, el principal de la región.
La Guaira. A menos de dos semanas para la Semana Santa, cientos de guaireños miran de reojo su expectativa de cumplir con la tradición cristiana de comer pescado para cumplir con la abstinencia de carne los viernes.
“Soy católica y disfrutaré mi Semana Santa en los templos, pero no puedo pagar los precios que veo aquí”, aseguró Luisa Punceres, tras visitar los espacios del muelle pesquero de La Guaira.
La mujer caminaba junto a su hija de 11 años de edad y era una de las pocas personas que preguntó por los costos de los productos marinos, en medio de los pasillos poco concurridos.
Quería hacer una sopita también, para rendir en los días santos, y todo es muy caro. Así me pasó en Semana Santa del año anterior”, agregó la enfermera jubilada del hospital José María Vargas de La Guaira.
“La carestía de toda la vida”
En la verificación de los precios de las especies, se observó que el kilo de salmón se expende en 22 dólares; la merluza en $6, la picúa y la chicharra en $5, mientras que el atún, el mero medregal y el filete de pez espada se venden en $9.
El dorado se comercializa en $8, el pargo en $7,5, el carite en $9 y el camarón fluctúa entre $6 y $8, según la preferencia del cliente: con o sin concha.
“Pensé que iba a encontrar algo fresco y asequible, sobre todo porque en Semana Santa los precios tienden a aumentar, pero no. Venden igual de caro que en las pescaderías de Catia y La Candelaria”, comentó Alfredo Linares, quien llegó al muelle guaireño en autobús, procedente de la parroquia Sucre de Caracas.
Luego de comprobar lo que definió como “la carestía de toda la vida”, se decidió por las sardinas, cuyo valor es de 2,5 dólares el kilo. Antes de marcharse, compró unas verduras para cocinar el sancocho familiar.
Despropósito
Desde hace un lustro, comprar especies marinas en el Litoral Central se ha convertido en un lujo para las familias guaireñas e incluso, para quienes vienen de Caracas.
A muchos les parece un despropósito que esta entidad sea una de las más importantes en la producción nacional de pesca y no ofrezca posibilidades más económicas.
“Hay mucha mafia, todos venden al mismo precio”, indicó Olivia Gómez, que apenas se llevó un kilo de chicharra, una especie generosa en carne blanca y de pocas espinas.
En los mercados pesqueros de Playa Verde y La Zorra en Catia La Mar, así como en Arrecifes, se consiguieron ofertas entre 10 % y 15 % más económicas en relación con el muelle de La Guaira.
“Yo me vengo para acá (Playa Verde) y aunque hay que llegar temprano, consigo el corocoro fresquecito y a un precio más solidario que en el ‘Sambil’ (muelle de La Guaira)”, puntualizó Olga Mayora.
El precio del kilo de corocoro en ese acopio del oeste del Litoral Central se consigue en 5 dólares. En La Guaira, varía entre 6 y 7 dólares.
“Nadie trabaja para perder: el gobierno debe revisar primero cómo especulan con los precios quienes esperan a los pescadores cuando terminan su faena en el mar”, sostuvo un concesionario del muelle de La Guaira que no quiso identificarse ante Crónica.Uno por temor a persecuciones militares y policiales.
Ese argumento, que no es desconocido por el Ministerio de Pesca, la Gobernación de La Guaira y la Alcaldía del municipio Vargas, apunta hacia los denominados “rosqueros”, caveros y representantes de cadenas de restaurantes, sobre todo de Caracas.
Según registros de los consejeros locales de la actividad, existen alrededor de 1500 pescadores artesanales en la entidad federal. La mayoría vive en viviendas de construcciones frágiles, cerca de las ensenadas en un estado con 170 kilómetros de costa marina.
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