El oeste de Maracaibo perdió la fe en los políticos para resolver problemas y las primarias no son prioridad

Barrio Rafael Urdaneta

Los habitantes de las zonas rurales de la última parroquia de Maracaibo están convencidos de que ningún político los sacará de sus problemas. Mientras la crisis de los servicios públicos es cada día más agresiva, los ciudadanos ignoran por completo el proceso de primarias.

Maracaibo. El barrio Rafael Urdaneta de la parroquia San Isidro es el último caserío que pertenece al municipio Maracaibo. Ahí el 80 % de sus habitantes, que rondaba las 3000 familias, se fueron del país en busca de mejores oportunidades. La calidad de los servicios públicos, el mal estado de las vías y la presión política mantienen en la desidia a las pocas familias que quedan.

Isabel Urdaneta se mudó al kilómetro 18 de la vía que conduce a La Concepción, cuando apenas tenía 26 años, junto a su esposo, con el paso del tiempo el caserío pasó a llamarse Rafael Urdaneta y se conformó un barrio que en su mejor momento llegó a ser habitado por más de 5000 familias. Para ella, hoy solo queda el recuerdo.

Uno se pone a caminar por el barrio y la gran mayoría de las casas están solas. Aquí quedamos los viejos y los jóvenes que no tienen la posibilidad económica de irse del país, aun así, todas las semanas se va gente. Cuando llegué esto eran solo trillas de arena y parece que el tiempo se hubiera devuelto porque estamos igual, hay mucha pobreza y cero calidad de vida”.

Para llegar al barrio solo hay una vía que viene desde la Curva de Molina y sigue hasta el municipio Jesús Enrique Lossada. Pero pasar por ahí es una osadía diaria para los autobuses de la línea Concepción -La Paz que atraviesan ambos municipios hasta el centro de Maracaibo.

Se trata de las chirrincheras, que vinieron a tomar el lugar de la extinta línea Curva-Concepción de carros de cinco puestos y los mototaxis. Todas se tambalean en el megahueco que da la bienvenida a la parroquia, por eso a partir de las 2:00 p. m. no hay transporte público.

Barrios Rafael Urdaneta Maracaibo
Con más de 50 años de fundado el barrio Rafael Urdaneta se hunde en sus precariedades. El mal estado de las vías y las fallas eléctricas son su mayor problema /Mariela Nava
La bolsa de Clap los salva

La vida diaria de la comunidad se resume en trabajar duro para poder llevar alimento a la mesa. Hombres, mujeres, ancianos, y hasta adolescentes, trabajan. Algunos lo hacen dentro de la comunidad como costureras, carpinteros, panaderos y comerciantes; los demás, deben viajar a diario hasta La Curva de Molina o el Centro de Maracaibo para cumplir horarios laborales, pero también hay quienes aprovechan estos puntos de la ciudad para vender desde café hasta ropa.

“Si no salimos a trabajar no comemos, porque los políticos no nos van a venir a mantener, eso es perder el tiempo”, coinciden todos los testimonios recogidos por el equipo de Crónica.Uno en la comunidad.

Aquí hay los que son muy pobres y los que estamos más o menos”, dijo Isabel refiriéndose a la alimentación de las familias. Algunos, los más privilegiados, comen dos o tres veces al día. La mayoría una sola vez. Pero todos confiesan que les hace falta la bolsa del Clap.

Los encargados de la entrega de este beneficio, quienes prefirieron no revelar su nombre por miedo a represalias políticas, aseguran que el año pasado la bolsa llegaba a la comunidad cada dos meses y este año solo ha llegado dos veces. “Eso desanima mucho, porque la gente aquí no piensa en política como antes, piensa en cómo va a hacer para comer”, dijo una líder comunitaria.

San Isidro
Se calcula que el 80 % de los habitantes del barrio Rafael Urdaneta han migrado hacia Colombia y Chile/Mariela Nava
Servicios públicos en cero

El mal estado de las vías principales e internas de la comunidad no es el único problema que enfrentan. Ahí los racionamientos eléctricos pueden ir de cuatro a seis horas. Pero si hay una avería, que generalmente sucede por la falta de mantenimiento, la comunidad debe autogestionar la reparación.

Ismerio Urdaneta, dueño de la panadería de la comunidad, fue tajante: “Todo lo tenemos que resolver nosotros porque aquí no llega nadie. Tenemos que pagar para que emparapeten los cables cuando se va la luz. El gas doméstico, si se puede llamar así, lo tenemos por iniciativa propia porque nos pegamos de la tubería madre a riesgo, sin la ayuda del Sagas (Servicio Autónomo para el Suministro de Gas e Infraestructura del Municipio Maracaibo)”.

En el caso del agua, según el comerciante, es un aliciente porque Hidrolago ha mantenido el servicio, pero las fugas de agua en las tuberías de la vía principal afectan la vialidad y la lista de los servicios que no tienen continúa.

Tenemos que pagar el servicio de aseo urbano y terminamos pagándole a un burrero para que se lleve la basura en carretilla, porque el camión no pasa, entonces cómo pagamos impuestos si no tenemos servicios, además, o pagamos o comemos”, criticó.

Para Ismerio la pobreza está creciendo en su comunidad de manera desmedida. “No avanzamos económicamente, no vemos políticas que favorezcan a la gente para mejorar su calidad de vida”, lamentó.

Fallas eléctricas San Isidro
Las fallas eléctricas se extienden hasta por seis horas en la comunidad/Mariela Nava

Por eso está convencido de que aunque Venezuela requiere un cambio, también necesita gente nueva dentro de la política y sentencia:

Han pasado todos los gobiernos y nosotros tenemos los mismos problemas, ya la gente no quiere resolver con una bolsa de Clap. Estamos cansados de votar y seguimos igual, ¿qué nos asegura que esta vez será distinto?”

Perdieron la fe en la política

El pasado 22 de agosto comenzó la campaña de las elecciones primarias de la oposición que definirán un único candidato el 22 de octubre. Este será quien se mida con Nicolás Maduro en las elecciones presidenciales del 2024.

En el caso del Zulia, solo dos nombres de los 14 candidatos son conocidos, María Corina Machado y Henrique Capriles, por ser el abanderado del partido Un Nuevo Tiempo, liderado por el actual gobernador del estado, Manuel Rosales.

Sin embargo, los testimonios de los líderes juveniles encargados de recorrer la parroquia durante la campaña para las primarias no son nada alentadores.

“La gente nunca esperó que Rosales apoyara a Capriles, porque querían una cara nueva, pero tampoco aprueban a María Corina porque no conocen su plan de gobierno. Algunos la ven como una mujer problemática y eso no gusta. Hay apatía, por eso esta campaña nos ha costado tanto convencer a la gente. En campaña la gente va a agarrar lo que le den porque lo necesitan, pero no hay compromiso de voto”, dijo una dirigente de UNT en la parroquia.

En San Isidro el 70 % de sus habitantes son de etnia indígena.

Barrio Rafael Urdaneta
La Alcaldía de Maracaibo habilitó un espacio para la recreación de los niños y actualmente está en abandono/Mariela Nava

Martha Urdaneta es trabajadora del Registro Civil de la parroquia, ubicado en el barrio Rafael Urdaneta. Dijo que junto a la campaña política de la oposición también comenzaron las amenazas del partido de gobierno.

Yo trabajo con Primero Justicia en el sector El Curarire y allá hay aún más pobreza que aquí, entonces los partidos se aprovechan de eso para presionar. El consejo comunal amenaza con quitarles la bolsa del Clap, los bonos y el agua que semanalmente les surten con camiones cisternas, hasta los han amenazado con quitarles los tanques, por eso la gente está apática y prefieren lo seguro”, dijo.

El padre Silverio Osorio Mora, párroco de la iglesia San Isidro, confirmó la larga lista de carencias que tiene la zona y que además, en más de una oportunidad le ha impedido llegar hasta el Rafael Urdaneta para oficiar misa los sábados, como de costumbre.

“Aquí pareciera que no existiera la municipalidad ni nada porque todo está malísimo, los servicios públicos están terriblemente terribles (sic). La gente sí habla de las primarias, guardan la esperanza de que el país puede cambiar, pero mientras eso pasa no se pueden quedar de brazos cruzados. Por eso tienen la confianza puesta más en el Señor para que les dé la fuerza necesaria para seguir adelante porque lamentablemente están olvidados por los gobiernos”.

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