Maracaibo es una ciudad hostil para andar en bicicleta

El año 2022 cerró con cinco ciclistas fallecidos y cuatro peatones. Mientras la comunidad ciclista sigue aumentando y las condiciones para andar en bicicleta son nulas, el gobierno regional hace silencio.

Maracaibo. Moverse en bicicleta por Maracaibo es una actividad que se desprendió de la crisis económica y de combustible generalizada en el país, pero que vino a tomar fuerza con el confinamiento por la pandemia y se quedó. Hoy el ciclismo lejos de ser una actividad meramente recreativa, le resuelve a cerca del 2 % de los habitantes de la ciudad el ir y venir cotidiano, incluso, hay empresas que les han financiado bicicletas a sus trabajadores.

En el caso particular de la metrópolis, el ciclismo urbano es una actividad exclusiva para valientes. La falta de planificación pública y de seguridad vial se han convertido en una amalgama de problemas que en 2022 cobró la vida de cinco ciclistas y cuatro peatones, según cifras de las organizaciones que hacen vida en el estado, porque los organismos competentes han tratado estos delitos con total opacidad.

Ángel López, director de Ciclovías Maracaibo, dijo que el escenario de inseguridad se ha mantenido en las últimas gestiones gubernamentales del estado, señaló que no hay cambios en el reordenamiento de los espacios públicos para que la seguridad del ciclista mejore, aun cuando han tenido varias reuniones con representantes de la gobernación y la alcaldía de Maracaibo.

Desde el año pasado nos hemos reunido con la gobernación y la alcaldía, presentamos una lista de necesidades básicas que se deberían estar implementando, pero parece que estamos esperanzados en algo que no tiene bases. Tenemos un nuevo gobierno regional que se supone significa esperanza, y resulta que ya pasó un año y dos meses y no hemos visto acciones, entonces uno se pregunta: ¿Qué estamos haciendo? ¿Será que no ha significado nada todo este esfuerzo?”.

Las necesidades a las que se refiere López son básicas: señalización de vías, funcionamiento correcto de los semáforos y patrullaje constante de la policía para evitar los excesos de velocidad y el uso indebido de la acera, todo esto en pro de mantener el respeto por el derecho a la movilidad urbana del ciclista, nada de esto se cumple. En Maracaibo no hay campañas gubernamentales educativas sobre la prevención en seguridad vial.

Una ciudad hostil

Maracaibo es conocida por ser bullosa, con un sol abrasador y de gente alegre, pero también tiene su lado oscuro. “Los que andamos aún en bicicleta es porque aprendimos a sortear el peligro, nos aguantamos el miedo, aprendimos a tolerarlo. Maracaibo es una ciudad hostil para andar en bicicleta y solo bajo esas condiciones de emergencia, de sobrevivencia es que la gente puede hacerlo”.

“Yo anduve en bicicleta durante dos años, era fuerte porque los carros no respetan. Un día una camioneta me pasó tan cerca que me caí de la bicicleta en plena autopista, el tipo ni se detuvo a ver qué me había pasado. Hasta ahí llegué, tuve que comprar un carrito modesto y ahora ando en él. Me ganó el miedo”, cuenta Alberto, un mecánico en el centro de la ciudad.

Las cifras que maneja Ciclovías Maracaibo es que durante la pandemia se conformaron al menos 30 grupos de ciclistas, hoy son más de 40, lo que significa que la comunidad ciclista ha crecido; sin embargo, eso no engloba el total, pues hay ciudadanos como Alberto que no pertenecen a ninguna organización y el uso de la bicicleta no es solo recreativo.

Nuestra región sigue marcada por una política de desarrollo errática que no atiende ni entiende la precariedad de la movilidad. El 2022 fue el año más difícil que hemos registrado en cuanto a muertes. Pero hay que decir que en 2021 el registro nacional era de 21 ciclistas fallecidos y luego el fiscal general dijo en agosto que tenían 51 causas que estaban procesando por el mismo delito. El margen es gigante”, dicen en la organización.

No todos buscan lo mismo

Ciclovías Maracaibo ha mantenido una cultura de educación y una visión crítica sobre la movilidad urbana y los derechos de los ciclistas, pero no todos buscan lo mismo.

“Con este resurgimiento de nuevos grupos y activistas, también hay quienes no tienen una visión crítica y prefieren hacer alianzas políticas para mantenerse en actividades y eso le conviene a los políticos. No son capaces de emitir un juicio, sino de mantener la careta de que todo está bien mientras la atención a la comunidad ciclista que no existe”.

Ángel López está de acuerdo en que ha habido una mejoría de ciertos espacios como plazas, pero también está consciente que eso no lo es todo. En Maracaibo una bicicleta operativa y de mediana calidad cuesta entre 100 y 150 dólares, y su mantenimiento varía entre 30 y 40 dólares al año. Precios que bajaron luego de la alta demanda durante la pandemia.

Finalmente, los ciclistas de Maracaibo deben sortear la falta de estacionamientos aptos en plazas y centros comerciales, mantener identificadas las zonas rojas de la ciudad donde se arriesga la vida y tratar de no entrar en las estadísticas de los dos a tres robos que se registran al mes por los grupos de emergencia que las organizaciones han creado. Andar en bicicleta en Maracaibo es peligroso.