La adaptación de la novela de Agatha Christie es protagonizada por Gal Gadot. Una historia entretenida y divertida que reconforta
Caracas. Belfast es la película que más ha generado expectativas de las dirigidas por Kenneth Branagh, todavía más después de la reciente noticia sobre las 7 nominaciones al Oscar que recibió.
Sin embargo, el cineasta británico tiene actualmente en cartelera un largometraje que bien vale la pena apreciar, pues seguro será una grata experiencia, sobre todo entre los seguidores del thriller: Muerte en el Nilo.
Linnet Ridgeway (Gal Gadot) es una joven millonaria que se casa con Simon Doyle (Armie Hammer), el exnovio de una vieja amiga, Jacqueline de Bellefort (Emma Mackey). Ella es la protagonista de esta adaptación de la novela de Agatha Christie, que nuevamente es llevada al cine, como ocurrió en 1978.
Los hechos transcurren en su mayoría en Egipto, país que elige la novia para pasar su luna de miel. Allá, en El Cairo, Linnet Ridgeway invita a las personas que la han acompañado durante años. Entre familiares y aparentes amigos brinda por su unión, pero realmente se siente sola. No confía en ellos.
Una vida entre tanto dinero y decisiones tajantes, además de comportamientos juveniles e inmaduros, despiertan a su alrededor ciertas animadversiones, señales de rencillas y viejos rencores.
Ella lo sabe, su ahora esposo también. Además, la otrora amiga y prometida de Simon Doyle acecha a la nueva pareja. Aparece repentinamente en cada lugar donde ellos se disponen a celebrar su nueva felicidad.
Entonces aparece el director de Muerte en el Nilo, pero frente a la cámara. Kenneth Branagh interpreta al detective Hercule Poirot, un veterano de la Primera Guerra Mundial que ahora es afamado por sus exitosas pesquisas.
La pareja le pide ayuda. Los recién casados quieren que el investigador se sume al viaje para que los proteja. No se sienten seguros ante el inminente peligro.
El director al momento de presentar el conflicto de Muerte en el Nilo puede llegar a divagar con situaciones que ligeramente desvirtúan su verosimilitud, momento que generan sospechas cuando se aplica el sentido común. Sin embargo, hay menudencias que se pasan por alto con el resto del andamiaje de la película. Hay una falencia que se deja pasar con calzapie, pero quien no logra hacerlo, no comprará el resto del paquete.
Se nota una muy buena definición de cada uno de los personajes. Cada personalidad es muy bien cuidada, y en algunos acertadamente exagerada. La obra busca también sus tintes de comedia y extravagancia, para nada cuestionables. De hecho, hay toda una sátira a la hipocresía de uno de los personajes, de esos que se inscriben en la llamada izquierda caviar, con un discurso pomposo contra el lujo y el dinero, además de loas al comunismo, pero cuyo perfume caro es rociado hasta la butaca.
La fotografía de Haris Zambarloukos es meritoria, así como los momentos cargados de blues por parte del personaje de Salome Otterbourne (Sophie Okonedo), una cantante y guitarrista que engalana los momentos de jolgorio en Muerte en el Nilo.
El guion adaptado es responsabilidad de Michael Green, quien ha escrito las líneas de películas como la nominada al Oscar Logan (2017), Blade Runner 2049 (2017), así como las menos favorecidas Linterna verde (2011) y Jungle Cruise (2021). Con Kenneth Branagh trabajó en Asesinato en el Orient Express (2017), también basada en la obra de Agatha Christie.
Del elenco, Gal Gadot es convincente en su papel de millonaria que simula la más cordial simpatía, pese al miedo. Más allá están Kenneth Branagh como el solitario y misterioso detective, así como Emma Mackey como la dolida y desconcertante exnovia. También actúan Annette Bening, Russell Brand y Letitia Wright.
Ya cuando pasa su hora, Muerte en el Nilo, como el río en el que se desarrolla su trama, va afianzando su curso, especialmente cuando la trama se concentra en atrapar al culpable del asesinato que centra la historia.
Es en ese momento cuando comienza un dinámico y tenso juego por apuntar las sospechas hacia cada uno de los presentes.
La película sabe muy bien cómo desenvolverse en su género, el cual respeta y enaltece, con simpleza, pero también con astucia para contar una historia que pudo resultar totalmente previsible, tomando en cuenta que Agatha Christie es una referencia para distintas obras, no solo largometrajes, sino telenovelas como La mujer de Judas.
Muerte en el Nilo es una película que tal vez algunos ni esperaban, pero que resulta una obra divertida y amena, que homenajea al clásico del que surge, así como a sus derivados, sin pretensiones de romper paradigmas, solo con la simple intención de revisitar en buena lid los senderos andados.
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