El panorama para el inicio del año escolar 2020-2021 es incierto. El gobierno de Maduro evalúa un eventual retorno a las aulas, pero pediatras e infectólogos sostienen que no es el momento para reabrir las escuelas: “No estamos preparados para una reapertura escolar desde el punto vista sanitario”. La lucha sindical de los docentes es otra barrera que podría dejar confinado el reinicio de clases.

Caracas. El nuevo año escolar está en una encrucijada. Médicos especialistas coinciden en que no es el momento oportuno para reabrir las escuelas: el país aún no supera la fase exponencial de casos de COVID-19. Mientras que los gremios de maestros y profesores sostienen que es inviable un programa de educación a distancia cuando no cuentan con equipos y conectividad, además de la crisis salarial. Ellos no volverán a las aulas, dijeron. 

Nicolás Maduro asomó la posibilidad de una vuelta a clases presenciales, pese a que en julio aseguraron que el año escolar 2020-2021 iniciaría a distancia, una modalidad educativa que desde el 16 de marzo fue decretada tras registrar los primeros casos de COVID-19. Esta semana, desde el Ministerio de Educación se anunció la desinfección, limpieza y dotación de las escuelas; también comenzaron una consulta en las zonas educativas y están recibiendo propuestas para comenzar un nuevo período académico que, en palabras de Maduro, combine la educación a distancia con la presencial. 

Pero para médicos pediatras e infectólogos resulta prematuro reabrir las aulas. Juan Félix García, pediatra e infectólogo del Hospital Niños J. M. de los Ríos, sostiene que la decisión debe ser más técnica que política. Hay como cierta prisa por abrir los salones de clases. Pero Venezuela no está al mismo ritmo y paso de otros países que ya anunciaron que van a clases en septiembre, dice. 

La educación que se interrumpió por el COVID-19 pareciera reanudarse en algunos países. En Bután, China, Egipto, Laos, Vietnam, Corea del Sur abrieron sus puertas entre mayo y junio. En septiembre, Estados Unidos, Francia, España esperan hacerlo, un retorno que ha sido cuestionado por maestros, madres y padres tras el temor a contagiarse. En Corea del Sur, a pocos días de la vuelta a clases, más de 200 escuelas cerraron en Seúl al registrar nuevos brotes. En Alemania fue similar. 

Estos países tuvieron el pico de contagio antes que Venezuela. Pero el gobierno de Maduro prevé reabrir las escuelas en octubre, aun con el ascenso de casos de COVID-19. Una de las advertencias de la Organización Mundial de la Salud fue que reabrir colegios en países donde la transmisión del coronavirus es alta, podría empeorar la situación. Tatiana Drummond, infectóloga pediatra del Hospital Universitario de Caracas, lo explica: En este momento estamos teniendo ascenso de los casos, estamos en esa fase, recomendar ir al colegio es un poco prematuro

Una de las recomendaciones es que la curva de contagio debe ir en descenso. Al 26 de agosto, el país contabiliza 41.965 casos y 351 fallecidos. De aquí a octubre, piensa Drummond, “es poco probable, mas no imposible”, que la transmisión comunitaria se encuentre en un nivel que permita el retorno a las aulas. “Debería posponerse y contemporizar hasta que las condiciones estén dadas”.

Estudiantes presentan una prueba de admisión en la Escuela Técnica San José Obrero de Fe y Alegría. Foto: Luis Morillo

La certeza de la disminución viral es clave para reiniciar clases presenciales. Patricia Valenzuela, médico infectólogo en la policlínica La Arboleda, resalta que el descenso debe ser sostenido: “No es que un día bajaron los casos nuevos. La disminución tiene que darse a lo largo de una semana a 14 días”. Además, explica, que es necesario tener una logística para hacer diagnósticos efectivos y rápidos para identificar los contactos que correspondan a cualquier sospechoso. 

La capacidad de diagnóstico es limitada. Solo entre 5 % a 6 % de las pruebas que se aplican en el país son PCR (reacción en cadena de la polimerasa), según lo dicho por la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas. Desde que comenzó el registro de casos de COVID-19 al 28 de julio, aproximadamente se han aplicado 90.685 PCR. El 26 de agosto la Organización Panamericana de la Salud dijo que ve como una solución la compra de 370.000 tests de antígeno para la detección de casos, una opción más económica y rápida que las pruebas PCR. 

Para reabrir las escuelas no solo hará falta el descenso de la fase exponencial y su control. El sistema sanitario no puede estar abarrotado de pacientes, esas condiciones no las tenemos en este momento, destaca Drummond. El infectólogo pediatra García cree que todavía el país está lejos de la fase de aplanamiento de la curva: “Estamos atrasados porque las políticas deben implementarse enérgicamente y los presupuestos aumentarse todo lo que sea necesario para atender bien a todos”. 

Con la poca disponibilidad de cupos en hospitales y clínicas, se habilitaron otros espacios, como el Poliedro de Caracas, para alojar a pacientes asintomáticos o con síntomas leves. Esto significa que no estamos preparados para una reapertura escolar desde el punto de vista sanitario, enfatiza García. Los especialistas concluyen que hay que hacer una evaluación continua, semanal, sobre la situación epidemiológica antes de reabrir las aulas. 

Y aunque muchos niños y niñas no presentan síntomas severos, son menos transmisores que el adulto, Drummond alerta que no se puede confiar en que el virus se comportará de forma leve en la mayoría: Hay niños que se complican, que fallecen de coronavirus. Que el niño sea sano no me garantiza que no se pueda complicar

Preocupación: el agua

Pensar en la vuelta a clases en pandemia es pensar en las tuberías de las escuelas. “Una escuela sin agua, no solamente puede generar la transmisión de enfermedades respiratorias, sino gastrointestinales”, dice García.

La lista de carencias es extensa. Agua, luz, transporte, servicios deficientes que han afectado el año escolar en los últimos años. La Encuesta de Condiciones de Vida de 2019-2020 señala que 40 % de los estudiantes venezolanos faltan algunas veces a la escuela por fallas en el suministro de agua, apagones, falta de transporte, comida o docentes. 

Solo de educación preescolar a educación media el país tiene 6,8 millones de estudiantes, según datos de la Unesco, distribuidos 29.412 planteles. Es fundamental la higiene de manos, mantener los pisos limpios, estantes, una infinidad de cosas para las que hay que tener agua. Si no, ay, Dios mío, a dónde vamos a llegar, dice con preocupación García. En la mayoría de las escuelas, como en el país, el agua poca veces está presente. 

Entre las preguntas clave del Marco de reapertura de la Unesco están: ¿Tienen las escuelas capacidad para mantener las medidas de seguridad destinadas a mitigar los riesgos, como el distanciamiento físico (por ejemplo, el tamaño de las aulas frente al número de alumnos) y las prácticas de higiene? ¿Disponen de instalaciones de agua, saneamiento e higiene?

Valenzuela cree que los cinco meses transcurridos de cuarentena han debido utilizarse para acondicionar los planteles, universidades, hospitales, transporte público, así como también, optimizar la vigilancia epidemiológica. 

En pequeños grupos organizaron a los estudiantes para subir a las aulas. Foto: Luis Morillo

Todavía sigue habiendo problemas graves con el servicio de agua en todo el país. Ahí no ha habido ningún tipo de modificación, tenemos algunos hospitales centinelas sin condiciones óptimas que se requieren. Pues lo mismo pasará con los colegios, sobre todo en los públicos, señala Valenzuela. 

Diariamente, el dirigente sindical Mauro Zambrano monitorea 15 centros de salud en Caracas. En sus resultados registra falta de material de limpieza, agua potable e insumos de protección. Médicos Unidos de Venezuela ya contabilizan 100 fallecidos del personal sanitario. 

Si no tenemos las condiciones y no hacemos nada para empezar a tenerlas, el número de casos seguirá creciendo y vamos a continuar alimentando el crecimiento exponencial en el que ya estamos, estima Valenzuela.

Los maestros no volverán 

Si las condiciones sanitarias no están dadas para reabrir las aulas, la situación salarial de los profesores y maestros tampoco permitirá empezar un nuevo año escolar. Gremios de maestros y profesores anunciaron que este año no iniciarán actividades escolares.

“El tema nuestro no es nada más la pandemia, ya nosotros no tenemos sueldo. El docente que más gana no percibe más de cinco dólares al mes”, asegura Gricelda Sánchez, dirigente gremial del Sindicato Venezolano de Maestros. 

En una consulta a 13.692 docentes que hizo la Federación Unitaria del Magisterio de Venezuela, para conocer si están dispuestos a acatar el llamado oficial a clases, 89 % condicionó la vuelta a las actividades académicas a un ajuste de sueldo. Los docentes tienen dos años de lucha por mejores condiciones salariales y de trabajo. El gobierno mantiene una deuda de 280 % de aumento salarial, incrementos estipulados en el contrato colectivo, que dejó de pagar desde 2018.

Aunque el gobierno calificó como un éxito la culminación del año escolar con el programa Cada Familia Una Escuela, continuar con un plan de educación a distancia ha sido inviable para muchos. Una investigación de la Federación Venezolana de Maestros y sus 27 filiales revela que solo 10 % de los alumnos tiene una conexión estable, 67 % no dispone de recursos materiales para el trabajo en casa y 94 % de los docentes opina que la mayoría no tiene un buen servicio de electricidad ni capacitación digital.

año escolar
El plantel dispuso reorganización la disposición de los pupitres, dejando una distancia de casi dos metros. Foto: Luis Morillo

El director de la Escuela de Educación de la Universidad Católica Andrés Bello, Carlos Calatrava, no vislumbra un mejor panorama en el sistema educativo en la postpandemia si no se toman correctivos. Cuando la pandemia pase, dice: “Nos encontraremos con un sistema educativo en el chasis, como un carro robado al que le quitan todo y lo queman”.

Con esta imagen, Calatrava solo piensa en la necesidad de reconstruir, diseñar un plan coherente que derive en una legislación que asegure recursos para la educación, un nuevo diseño curricular y la capacitación de los maestros. Asegura que hay que llevar a los estudiantes a cero y establecer espacios para la nivelación académica. Es un reto, es un renacimiento de la educación venezolana casi desde cero, tomar lo rescatable, si es que lo hay, y avanzar. Esto pasa por un cambio de régimen en el país

Fotos referenciales: Luis Morillo


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